Capítulo 16

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Lo supo en ese instante, la sensación de posesividad que le atacó no la había sentido en años, no después de ella.

Verla con Kieran, tan cercana y cómoda hizo que su interior se retorciera de celos.

Cuantas veces había soñado con estar así con ella, que lo mirara con esa intensidad, creyó que los momentos que habían compartido habían significado algo, pero se había engañado a sí mismo.

Sin darse cuenta había bajado hasta la habitación del sótano, la única a la que solo él podía entrar.

Nada más entrar el aroma a humedad con un ligero toque de rosas silvestres inundó sus fosas nasales. Se dirigió a la estantería donde se encontraba el collar de su madre, era una joya tan hermosa, pero carecía de vida, hacia tanto tiempo que nadie lo había llevado puesto que no sentía emoción alguna al verlo.

-mo ghealach- tragando el nudo en su garganta tomo el collar para admirarlo- tha mi fhathast gad ghràdhachadh

Por un momento imágenes de Chiara llevando puesto solo el collar mientras el le hace el amor lentamente después de saber que tendría a su bebe, le inundaron la mente dejándolo desconcertado.

Negando lentamente se recordó que no podía caer, no se dejaría engañar, tenia que descubrir que era lo que le ocultaba aquella chica de ojos violetas.

-no puedo dejar que me engañes, por mucho que te desee- apretó fuertemente el collar en su puño- no puedo permitir que mi gente vuelva a sufrir, no perderé a nadie más-

Guardando el collar en su sitio, salió para dirigirse a su habitación, le había pedido a la señora Munro que enviara a Chiara para que cumpliera con sus obligaciones. Ya le había dado demasiada tregua, tenía que comenzar a desarrollar su plan.

Enamorar a Chiara para sonsacarle información seria su prioridad a partir de ese día. Pero por más que se repitiera que eso era lo que tenia que hacer, una sensación de culpa e inquietud, le oprimía el pecho.

¿y que pasaba si en el proceso el se terminaba enamorando? ¿sería capaz de perdonarla? O peor aun ¿se perdonaría a el mismo si se equivocaba?

Era una decisión difícil, pero tenía que arriesgarse la vida de muchas personas dependía de ello, tenía que dejar sus propios sentimientos de lado, la vida le había enseñado que el amor no estaba hecho para él.

Una increíble vista de un trasero redondo y respingón le dio la bienvenida en cuanto abrió la puerta, se recostó en el marco de esta cruzándose de brazos, mientras la observaba en silencio. Ese día llevaba puesto un vestido azul que mientras a Luna le había quedado un poco flojo, a Chiara se le ajustaba a la perfección, dejando entrever sus suntuosas curvas de mujer.

Sonrió cuando la escucho tararear una canción en un extraño idioma, sus caderas meciéndose en un ritmo sensual, estaba tan hipnotizado por ella que no se había dado cuenta que se había acercado tanto hasta que la soltó escuchar un gritito de sorpresa.

-maldición no sabes tocar la puerta o qué? - su pecho subía y bajaba tensando peligrosamente el corpiño del vestido, Sean por alto reflejo se lamió los labios- ¿puede dejar de ver mis pechos y responder la pregunta? -

- no tengo porque tocar- se acercó un paso más- te recuerdo que esta es mi habitación- otro paso- y que tu y yo estamos solos- notó el cambio en su respiración

- ¿a donde quiere llegar con todo esto? - sonrió cuando la escuchó dejar de tutearle

-solo quiero que recuerdes que yo soy el Laird del castillo- tomó un mechón de cabello para juguetear con el- puedo entrar a la habitación que quiera, cuando quiera- lo ultimo lo dijo en un susurro ronco y grave

-no dudo que alguna de las muchachas haya recibido una de sus vistas-

Sonriendo con suficiencia preguntó- ¿acaso estás celosa muchacha?

Soltó un bufido demasiado tierno- por supuesto que no, con quien se acueste no es asunto mío le recuerdo que usted es el Laird y yo soy solo una criada más-

-puedes estar tranquila Chiara, jamás había sentido el deseo de acostarme con las chicas del castillo- mirándola intensamente susurró- hasta ahora-

-pu... puedo retirarme ahora? - sus labios entreabiertos mostraban su agitación

-no, sabes que necesito tu ayuda-

-estoy segura de que puede bañarse por si solo- se dio la vuelta cuando vio que me desnudaba- me retiro-

-nunca has visto a un hombre desnudo? - sabía que no era de mi incumbencia, pero muy en el fondo esperaba recibir un no por respuesta

-eso no es asunto suyo- la retuve contra la puerta cuando intentó escaparse de la habitación- ¿qu... qué hace? –

-estas muy equivocada mo Anam- me acerqué a su oído para murmurarle, su respiración acelerada, el retomar de su corazón- todo lo que poseo me importa-

-yo no soy de su propiedad- sonrío al escuchar su respiración entrecortada- no soy de nadie-

-tienes razón muchacha no te poseo- rozando ligeramente la punta de la nariz contra su mejilla susurré- aun-

Sin más la deje ir, notando como evitaba observar mi cuerpo desnudo, salió a toda prisa de la habitación y la sonrisa que tenia en los labios se esfumo al sentir el vacío.

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