The Wolf Woman [G!P]

Él muere, tu mueres.

Narrador Omnisciente:

Mina y Tzuyu crearon un plan lo suficientemente funcional para no morir, la japonesa mordisqueó su labio inferior notando como la morena se despeinaba su largo cabello oscuro en una forma desesperada por poder tranquilizar sus nervios, la castaña suspiró deslizando su dedos por la camiseta manchada de la sangre de su hermano menor sintiendo como sus manos comenzaban a temblar ante la vivida imagen del muchacho siendo lastimado; el corazón de la alfa comenzó a latir con fuerza al sentir el dolor de Yuto, velozmente la muchacha apretó sus labios inclinando su espalda hacia atrás; no era raro, ni siquiera poco común que Mina estuviese sintiendo el dolor del menor, por alguna extraña razón que ella desconocía por completo, Mina era capaz de sentir cuando uno de sus hermanos estaban cerca de ella y en peligro.

—Vamos—habló Mina estirando su mano para abrir la puerta, velozmente la joven salió siendo seguida por la pelinegra quien, se mantuvo todo el camino en silencio observando con sutileza el exterior intentando no llamar la atención.

Mina apegó su espalda contra una de las paredes del exterior observando como la taiwanesa se colocaba de puntillas para ver por la ventana que estaba sucediendo en el interior de la casa.

—Tu hermano esta en una silla... Mina, cuando lo veas no vayas tras él, simplemente no lo hagas—aclaró logrando que la japonesa frunciera el ceño teniendo el instinto de querer ver, pero se le hizo imposible, la ventana estaba a una altura considerablemente elevada para que ella fuese capaz de alcanzarla—veo tres tipos, no se quienes son, jamás los había visto... hijo de puta, ahí esta Leo, el bastardo se esta riend... ¿Mina?—cuestionó en el momento que giró su rostro percatándose de la ausencia de la japonesa, rápidamente la pelinegra volvió a colocar toda su atención a la ventana al oír un ruido proveniente del interior—maldita sea Myoui, tu realmente quieres morir—gruñó al ver a la mencionada golpeando a uno de los desconocidos.

La castaña gruñó completamente furiosa al ver como la mitad del rostro de su hermano se encontraba empapado por la sangre, la joven por instinto intentó acercarse siendo bloqueada por un cuerpo el doble de grande que ella; Mina elevó su pierna pateando la entrepierna ajena para luego exponer sus garras, velozmente aprovechó el hecho de que el desconocido había caído de rodillas frente a ella para perforar por debajo de la mandíbula ajena sintiendo como la sangre caliente descendía de sus garras hasta la muñeca. Mina alejó su mano de la quijada del muchacho observando como el cuerpo sin vida del desconocido se deslizaba hacia un lado desplomándose por completo hacia el suelo, la muchacha jadeó con fuerza liberando sus colmillos al sentir una certera patada dar contra su abdomen expulsando su cuerpo contra la pared, la castaña jadeó presa del dolor y la furia teniendo velozmente la posibilidad de poder retener el puñetazo que iba contra su mejilla, la japonesa expandió sus párpados notando como el hombre lobo mostraba su mirada enrojecida, Alfa, pensó la muchacha a la vez que tomaba con una de sus manos la muñeca ajena impidiendo que las garras de su contrincante perforaran su rostro. Mina en un certero movimiento encajó sus garras en el estómago del desconocido levantando el cuerpo de su contrincante para luego simplemente lanzarlo contra la misma pared que anteriormente ella había hecho colisión. 

La japonesa escuchó una risa burlona siendo acompañada por el sonido de unas palmas chocando entre sí, la joven gimoteó ante la falta de aire alzando rápidamente su mirada para encontrarse con la sonrisa socarrona de Leo; el muchacho de cabello plateado mantuvo aquella sonrisa de diversión total, como si hubiese disfrutado el espectáculo que la castaña había demostrado minutos atrás, rápidamente el joven encorvó sus hombros mientras que tomaba velozmente la misma pose que ella estaba utilizando para desafiarlo. Mina tragó saliva entreabriendo a su vez los labios para tomar grandes bocanadas de aire, los ojos de la muchacha se mantuvieron fijos en el color morado en las orbes ajenas sintiendo su corazón bombeando con fuerza al percatarse de la forma en que rugía y como demostraba cuan grande era su poder con aquellas afiladas garras.