Consecuencias dolorosas

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Narrador Omnisciente;

Mina despertó de golpe al sentir que algo andaba mal, por instinto se colocó de pie con sus párpados completamente ampliados al percatarse de que su malestar era provocado por una persona externa, la japonesa velozmente caminó hacia la ventana apoyando sus palmas contra el cristal mientras que, veía de forma desesperada la habitación de Nayeon. Mina ni siquiera se había percatado de la falta de oxigeno en sus pulmones, hasta que, luego de ver a la pelirroja caminando por aquellas cuatro paredes pudo ser capaz de suspirar con completa tranquilidad, sintiendo su pecho aliviado por la pequeña angustia que comenzaba a carcomerla.

La castaña mordió su labio inferior girando sobre sus talones en dirección de su cama, por costumbre observó el pequeño reloj tecnológico que se mantenía sobre la mesita de noches percatándose que tan solo eran las dos de la madrugada; agobiada y completamente irritada por ser despertada, la joven volvió a recostarse sobre la cama manteniendo sus ojos fijos en el techo, bufó molesta, sintiéndose impotente por no poder detener las emociones de la coreana en su cuerpo, le sacaba de quicio sentir todo lo que pasaba en la pelirroja, porque a pesar de que verdaderamente estaba intentando no actuar a base de las emociones ajenas, no podía evitar aquellos arrebatos de bipolaridad que jamás en su vida había padecido hasta ahora.

Mina intentó dormir tomando con fuerza una de las cuantas almohadas que mantenía en su cama, pero por algún extraño motivo ninguna de ellas era lo suficientemente cómoda para poder dormir con completa tranquilidad, la joven bufó lanzando aquel objeto contra la pared tomando velozmente otro un poco más grande y suave que el anterior, de forma desesperada comenzó a buscar la comodidad que tanto anhelaba, pero lamentablemente nada que tenía sobre la cama estaba teniendo un efecto positivo en ella. Mina se incorporó observando el reloj sobre la mesa, percatándose que los minutos comenzaban avanzar con una lentitud torturadora.

Luego de un par de minutos donde se mantuvo en silencio observando la nada misma, la joven tomó la decisión de levantarse comenzando a caminar por su habitación intentando buscar algo que la distrajera hasta el amanecer, pero para su sorpresa sus ojos se desviaron hacia aquella bendita ventana percatándose de una melena rojiza que también se mantenía observando desde su habitación, con la curiosidad a flor de piel la joven castaña se acercó hacia aquel pedazo cuadrado de madera apoyando sus palmas sobre el borde de esta teniendo la posibilidad de poder elevar el marco de cristal.

Mina sonrió con diversión al ver como Nayeon intentaba ocultarse detrás de las cortinas, olvidando por completo el hecho de que tenía la luz encendida, la japonesa rió con diversión observando la sombra que traspasaba la tela de la cortina, sintiendo un extraño calor envolviendo su pecho.

—¡¿No puedes dormir?!—alzó la voz en tono de pregunta preocupándose de que fuese lo suficientemente fuerte para que la coreana la escuchara.

La japonesa apoyó sus codos sobre el borde de madera inclinando su cuerpo en dirección del exterior, la joven mantuvo sus comisuras elevadas al notar como la pelirroja salía de su escondite revelando el tono carmesí de sus pómulos. Mina podía oír el alocado bombeo del corazón ajeno sintiéndose verdaderamente maravillada por aquel suave compás. La castaña se quedó en silencio observando como la coreana abrías las puertas de cristal permitiendo que su cuerpo se acostumbrara al frío de la noche.

—¡Tuve una pesadilla!—admitió Nayeon con su voz alzada provocando que la japonesa simplemente agitara su cabeza en forma de asentimiento.

Así que esa es la razón por la que desperté, pensó la castaña llevando una de sus manos a la frente deslizando las yemas de sus dedos por aquella zona hasta detenerse en el fino fuente de su nariz. Rápidamente Mina se mentalizó en despedirse y volver a su cama, no podía permitir que sus instintos nuevamente hiciesen de las suyas empeorando la situación que ya en si, estaba jodidamente fatal, pero como era de esperarse, al entreabrir sus labios soltó lo primero que se le vino a la mente.

The Wolf Woman [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora