The Wolf Woman [G!P]

Incomodidad.

Narrador Omnisciente:

Las cosas no estaban saliendo según lo planeado por la castaña. 

Mina lentamente comenzó a despertar sintiendo como su abdomen y muslos eran apresados por un objeto ligeramente pesado y cálido, la joven pestañeó completamente desorientada mientras que observaba con completa confusión las paredes del lugar. Póster, fotografías de paisajes, fotografías de Nayeon... comenzó a leer en su mente sintiendo como su rostro perdía color y su corazón se disparaba al ver que aquella habitación era de la pelirroja y no la suya. La castaña tragó saliva agachando su mirada para encontrarse con la vivida imagen de la coreana aferrándose a su torso mientras que su pierna se mantenía apoyada sobre su muslo, bueno, eso explica muchas cosas, pensó la japonesa a la vez que se aseguraba de que sus garras no hubiesen salido hacia el exterior lastimando a su paso a la humana. Mina suspiró recostando su cabeza contra la almohada mientras que sentía como Nayeon se acomodaba sobre su pecho apoderándose casi con totalidad de su cuerpo, la japonesa rió por lo bajo sintiendo su corazón cálido ante la forma en que su cuerpo se acoplaba con el de la pelirroja. Esto esta mal, pensó la japonesa teniendo la necesidad de encajar sus dientes sobre su labio inferior, y ella era consciente, realmente sabia que los deseos de su alfa estaban lastimando a la humana, ¿Pero que podía hacer? contarle sobre la imprimación sería una locura como también una estupidez, podría alejarme de Chaeyoung, pensó manteniendo su ceño fruncido y los ojos fijos en el blanquecino techo de la habitación, pero a pesar de que aquella idea se veía la mas lógica y razonable, era más que consciente que hacerlo provocaría un constante peligro hacia la pelirroja; ella conocía a su padre, conocía a los omegas, sabia hasta que punto eran capaces de llegar con tal de lograr sus cometidos.

La castaña suspiró a la vez que intentaba estirar su mano apresada por el cuello ajeno en dirección del cabello de Nayeon, la joven sonrió al sentir con las yemas de sus dedos el suave tacto de la melena rojiza, y aquella elevación de comisuras se alzó con más fuerza permitiendo que las arrugas en su nariz aparecieran ante la forma en que la coreana había soltado el aire de sus pulmones presionando su mejilla contra uno de sus pechos. Mina enrojeció por completo; era la primera vez que permitía que alguien más que su familia estuviese tan cerca de ella, que le abrazara como si de un peluche de felpa se tratase, y no podía negar que sentir el calor de Nayeon envolviendo su anatomía le fascinaba por completo.

—Nayeon, cariño, hora de levantarse—una voz femenina resonó desde el exterior de la habitación provocando que la japonesa se paralizase con sus ojos fijos en la puerta—¿Nayeon?—cuestionó a la vez que el sonido de forcejeo comenzaba hacerse notar en el interior de aquellas cuatro paredes—¿Has cerrado la puerta con seguro?—preguntó sonando ligeramente incrédula mientras que la castaña tan solo se dedicaba a parpadear presa del pánico—Abre la puerta—ordenó golpeando con fuerza la madera provocando que, por fin la coreana comenzase a despertar.

Nayeon comenzó a despertar murmurando cosas sin sentidos mientras que se acomodaba sobre el cuerpo de la japonesa, la castaña mordió su labio inferior al sentir la nariz ajena rozando la piel expuesta de su cuello, la joven cerró por instintos sus párpados intentando tranquilizar sus deseos carnales, pero el sentir a Nayeon tan cerca de su cuerpo, y como lentamente comenzaba a rozar sus pechos sobre su brazo izquierdo, sus sentidos y corduras se estaba perdiendo en la laguna de la excitación. Mina llevó sus dos manos a la cadera de la pelirroja intentando que dejara de moverse, y para su suerte logró despertar por completo a la coreana quien entreabrió sus labios dispuesta chillar. 

La japonesa rápidamente se abalanzó contra el cuerpo ajeno apoyando una de sus palmas sobre los labios de la pelirroja mientras que sentía como su anatomía se encajaba entre las piernas de Nayeon logrando sentir sus caderas presionándose entre sí.