The Wolf Woman [G!P]

Preocupación

Narrador omnisciente;

Mina tragó saliva hundiendo sus dedos en los suaves cabellos de la coreana mientras que la humana continuaba plácidamente descansando. La japonesa suspiró sintiendo como la coreana se acomodaba contra su pecho presionando con verdadera vehemencia su muslo derecho que aun se mantenía sobre sus caderas, la castaña intentó acomodarse sintiéndose velozmente incómoda al sentir la palma de Nayeon sobre uno de sus pechos, con la sangre instalándose en sus pómulos y el pulso completamente acelerado Mina intentó apartar la palma de la humana, le tomó un par de minutos el lograr con verdadero éxito su cometido, pero al hacerlo no puedo evitar el sentir el alivio envolviendo su cuerpo por completo.

La castaña elevó sus manos hacia su cabeza intentando acomodar la almohada sobre su nuca. Rápidamente su cuerpo se paralizó al sentir como Nayeon se incorporaba de golpe con la respiración agitada y la mirada perdida en la nada misma. La japonesa se sentó sobre el colchón apoyando su espalda contra el cabecero de la cama, se quedó en silencio observando como la pelirroja de un solo movimiento se colocaba a horcajadas sobre sus caderas con sus dos palmas envolviéndose detrás de su espalda, Mina apretó los labios sintiéndose intimidada por tener nuevamente la cercanía de la humana contra su anatomía.

—¿La misma pesadilla?—cuestionó la alfa completamente preocupada intentando centrarse en el rostro asustado de la humana y no en el hecho que tenía el trasero de la menor contra su intimidad—¿Nayeon?—preguntó confundida al ver que la joven no respondía; ni siquiera se estaba moviendo, tan solo se mantenía estática con sus ojos fijos en el rostro de la castaña.

—Y~Yo, yo era... M~Mina, yo era como Hoseok—confesó Nayeon mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas. La japonesa entre confundida y asustada inclinó su torso estirando sus palmas para presionarlas contra las mejillas ajenas—yo tenía colmillos, yo te lastimaba Mina—hablaba con rapidez mientras que sus ojos se desviaban hacia el hombro de la mencionada sintiéndose completamente avergonzada por tener aquel extraño sueño—y~yo era un monstruo.

—Calma, solo ha sido un mal sueño—aclaró Mina deslizando las yemas de sus pulgares sobre la suave piel de los pómulos ajenos—mírame Nayeon—pidió con calma logrando luego de un par de segundos que la asustada humana acatara su pedido—lamento darte la noticia que no tendrás colmillos, ¿Bien? así que te tienes que conformar con tus bonitos dientes de conejito—intentaba estar lo más calmada posible para no asustar a la ya aterrada pelirroja.

Rápidamente Mina deslizó sus palmas del rostro de la humana hasta posarlas sobre sus delicados hombros, la japonesa relamió sus labios acercando su cuerpo con el de la muchacha hasta que la frente de la joven terminase por quedar adherida contra sus clavículas.

—Te mantendré alejada de mi mierda, ¿Esta bien? no tienes de que preocuparte—confesó la castaña apoyando su mentón sobre la cabeza de la humana sintiendo como la muchacha empuñaba la suave tela de su camiseta—...—apretó la mandíbula al recordar las palabras de la pelirroja "Yo era un monstruo" la joven intentó que la culpa no la carcomiera, ni mucho menos la impotencia y frustración osaran en tomar el control de sus acciones—no eres ni serás jamás un monstruo, ¿Me has oído? solo eres una humana boba que tomo una mala decisión—aclaró deslizando sus dedos sobre la columna vertebral de la pelirroja.

Nayeon se alejó de su nuevo escondite observando el rostro sereno de la castaña, percatándose velozmente como sus marcados pómulos no tardaban en tomar un tono carmesí.

—Estoy asustada—confesó la pelirroja apoyando sus palmas sobre los hombros ajenos. La coreana observaba con verdadera vehemencia aquel par oscuro intentando que la alfa fuese capaz de comprender el mar de sentimientos que estaban constantemente azotando su cuerpo—yo...—ella era consciente de que no debería decirlo, ella reconocía que aquellas palabras podrían cavar su propia tumba—no me arrepiento de todo esto de lo sobrenatural, porque... porque tu me gustas—confesó completamente sonrojada.