The Wolf Woman [G!P]

Antes del conflicto

Narrador omnisciente;

Mina se hallaba en su última clase del día, sus intranquilos ojos se mantenían viajando de un lado hacia el otro por la habitación mientras que podía sentir el murmullo de los estudiantes golpeando sus tímpanos como si de un insecto se tratase. La joven suspiró encorvando sus hombros a la vez que le daba ligeros golpes con la yema de sus dedos sobre el borde de su escritorio intentando distraer sus pensamientos, pero no funcionó, y aquello era realmente agotador para ella; el estar pensando continuamente en su omega y la imprimación la estaban desgastando emocionalmente hablando. La castaña suspiró alzando su quijada para ver como su maestro tan solo se dedicaba a rellenar cosas en el libro de clases sin prestar verdaderamente atención a lo que sucedida en el interior, la muchacha giro su rostro posando sus oscuros ojos en los ventanales, se quedó en aquella posición observando como los árboles se mecían al compás del viento, la joven inclinó su cuerpo levanto una de sus manos para posar su codo sobre la madera permitiendo tener la facilidad de apoyar su mejilla contra la palma de esta, Mina apretó sus labios al sentirse realmente irritada por los sonidos que los demás adolescente estaban ejerciendo cerca de ella, la muchacha cerró sus párpados contando mentalmente hasta diez recordando vagamente que aquello Yuto se lo había enseñado para disipar sus malos pensamientos. Luego de un par de minutos la japonesa volvió a expandir sus párpados sorprendiéndose al ver que, allá en el exterior justo detrás de los arboles se podía ver parte de un vehículo negro, la extranjera ni siquiera debió inclinar su cuerpo para verificar que lo que estaba viendo era correcto; ella conocía a una sola persona que podía manejar y conseguir un vehículo como ese.

El timbre sonó justo a tiempo provocando que la japonesa se levantara de su asiento comenzando a ordenar sus cosas para salir lo mas rápido posible de aquel edificio. La muchacha colgó su mochila sobre uno de sus hombros mientras que caminaba a pasos apresurados en dirección de la pequeña puerta de la habitación, a Mina no le tomó mucho tiempo el salir del lugar topándose de frente con una masa de estudiantes completamente eufóricos por huir del edificio, la joven gruñó sosteniendo con fuerzas las tiras de su mochila sintiendo como los sudorosos cuerpos ajenos le rozaban por accidente. 

Mina suspiró con tranquilidad en el momento que sintió como el frescor de la tarde azotaba su cuerpo, sin esperar mas la muchacha caminó por el estacionamiento topándose por accidente con la mirada de Nayeon; su cuerpo se paralizó al notar la forma en que la muchacha la miraba, pero para su suerte aquel intercambio no duró mucho al sentir como tiraban de su brazo.

—Ella esta acá—comentó Momo con una clara muestra de preocupación, la castaña apretó su quijada en el momento que notó la presencia de su omega—Mina...—llamó su hermana al percatarse como la muchacha se zafaba de su agarre—no te pongas bruta, no puedes pelear con ella—suplicó irritando a la alfa.

—Solo hablaré con ella—admitió Mina observando con molestia como la pelinegra tan solo apretaba sus labios como si no creyera en sus palabras—maldita sea Momo, no soy un animal puedo tener una conversación pacifica—gruñó a la vez que se cruzaba de brazos.

—Dile eso a la nariz rota de Hoseok, el brazo fracturo de Lucas el mimado de nuestro antigua manada y los cuatro tipos que asesinaste—contraatacó Momo provocando que Chaeyoung riera entre dientes mientras que la castaña tan solo suspiraba, siendo completamente consciente que ella tenía razón.

—Sabes que es difícil para mi—murmuró Mina ligeramente avergonzada—yo... papá no nos crió tolerantes y todas esas cosas de los normales—intentó explicar su comportamiento percatándose rápidamente de la forma en que su hermana le observaba; con aquella conocida lástima que sus bonitos ojos solían mantener.

—Papá no te crió así—afirmó Momo estirando su mano para darle ligeras palmadas al hombro de la mayor—y por lo mismo no estarás a solas con ella—aclaró provocando que la castaña simplemente suspirara.