Capítulo 9.

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—¿Qué?—pregunte incrédula.

—Vamos a casarnos. Aquí en nuestro lugar secreto, te pido que seas mi esposa — me sonrió y lo único que hice fue besarlo.

Me subí arriba de él, acomodando mis piernas a un lado de su cintura y me pegue más a él. Sus manos fueron a mi cintura subían y bajaban proporcionándome caricias lentas. Me hundí en su cuello y en aroma varonil. Lo amaba tanto, poco a poco se fue recostado en la arena conmigo, recargue mis manos en la arena y me separé de él, lo mire a los ojos y observé todo su rostro. Esos hermosos ojos cafés que me penetraban con seriedad cuando me celaban, esos carnosos labios que me hacían delirar cada vez que los besaba, esas mejillas, es nariz, esas pestañas. Estaba segura que quería unir mi vida junto a él.

—Adentro.—ordene, Joel me miró y de un salto se levantó, me tomo de la mano, me ayudó a levantarme y de un movimiento me cargó, enrede mis piernas alrededor de sus cintura. Busque sus labios, y el roce de su respiración en mi cuello, me hizo mojarme más. Ardía por dentro, ardía por él...

Cerro la puerta con mi misma espalda, y capturó mis labios. Un beso ardiente y nada suave, era brusco y desesperado. Mi cuerpo estrechándose con el de él, cada movimiento me quemaba la piel. Seguía besándolo esta vez con más rapidez, y el hacia lo mismo. Sus manos se posaron en mi trasero, y me pegó más a la puerta. Su bragueta se enterró en mi, en realidad no fue su bragueta, fue su erección. Mi temperatura estaba por los suelos, no pensaba con claridad, estaba invadida del deseo.

Por fin, optó por caminar. Llegamos a la cama y nos tumbamos , el beso no paraba, hasta el falta de aire hizo que nos separará. Fue entonces cuando me dejó respirar por un momento, aprovechando para quitar con sus manos expertas mi pantalón, luego beso mi monte de Venus, el cual aún no estaba desnudo. Me arquee ofreciéndole todo, una sonrisa apareció en sus labios carnosos y luego se posesionó sobre mi, me beso.

Una pelea de lenguas empezó, hasta que el absorbió a la mia, haciéndome gemir. Sus manos fueron hasta mi blusa y volvimos a separarnos, me quito la blusa, y ahora en solo pequeño sostén y tanga roja, me cubría. Se levantó y me observó detalladamente.

Empezando por mis piernas, las observó, luego sus ojos se detuvieron y dilataron al observar mi feminidad, siguió por mi vientre, y mordió su labio al ver mis pechos. Relamio sus labios y se acerco a mi para besarme de nuevo, sus manos acariciaron mis curvas de mi cuerpo suavemente, como si se tratarán de las joyas más frágiles y delicadas del mundo.

Sus labios pasaron por mis pómulos para luego irse a mi barbilla. Mordió levemente mi barbilla y siguieron por mi cuello, saboreandolo, chupo cada parte de mi cuello, succionó una y otra vez. Me arquee pegando mis senos a sus pechos, un gruñido se le escapó.

—Te deseo.—murmuro roncamente y gruño una vez más.

Siguió su camino dejando en paz mi cuello. Sus manos fueron detrás de mí espalda hasta llegar al objetivo: desabrochó mi sostén, y enseguida lo quito. Dejó caer este mismo en alguna parte de la habitación, luego me miró a los ojos, mantuvo su vista a mi, mientras hacía desparecer esa tanga roja. Se acomodo en la cama y me senté para poder besarlo bien, mis manos fueron a su nuca, y hundí mis dedos en su sedoso cabello, suspiré en medio del beso y continúe besándolo. Quería devorarlo justo en ese momento, quería que me hiciera suya.

Pero las manos de Joel no me habían tocado, formó otra pelea de lenguas, y justo cuando empezaba a decepcionarme, sentí algo cálido abrir mis pliegues.

—Ah.—gemi en el beso y una corriente pasó por mí espalda, pasándose a cada parte de mi cuerpo.— Oh....ah...si, ¡Si!

Sus dedos empezaban a explorar cada parte de mi feminidad.

Si llego a 200 seguidores aquí en Wattpad sigo, así que vayan a seguirme.

Secret sex- Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora