Tome mi celular y suspire al ver que era Itzel.
—¿Hola?—conteste.
—¡Hasta que te dignas a contestar mujer!—reí.
—Lo lamento, enserio.
—No, no lo lamentes. Se porque lo hacías, picarona.
—¡Itzel!—reí algo nerviosa.
—Ay ______, ¡Por Dios! ¡Tuviste sexo con Joel Pimentel!, ¿quién lo diría!
—Lo sé, lo sé. —suspire— No lo recuerdes.
—¿Qué? ¡No me digas que te arrepientes!
—¡No!—negué inmediatamente —Solo que... Me cuesta asimilarlo.
—¡Ay por Dios nena!
—Itzel Valeria Lugo, ¿podrías ser menos abierta?.
—Ya me conoces y así me amas.
—Cierto— reímos.
—¿Recuerdas que día es hoy?
—No—me puse a recordar, no era su cumpleaños, ni el de alguien importante.
—Sábado, hoy tenemos citas para las perforaciones. ¿Lo recuerdas?
—¡Oh! Si, si, si. Ya lo recuerdo, precisamente me puse una ombliguera.
—Bien nena, ¿paso por ti, pasas por mi, nos encontramos?
—Yo paso, ayer por la tarde me entregaron mi auto, y de paso hacemos algunas compras ¿no?
—¡Si, tarde de chicas! —Itzel grito como niña y yo reí.
—Bien, en cinco minutos te veo.
—De acuerdo, cariño. Nos vemos, te amo.
—Te amo igual —colgué y lance un suspiro, me paré frente al espejo y divise mi ombligo.
—Serás perforado en unas horas, bebé — me dije a mi misma. Reí y tome mi bolso, cerré mi habitación y después salí de casa en camino a casa de mi amiga.
[...]
—No lo creo Itzel—dije bajando de mi automóvil, cerré la puerta y active la alarma.
—¿Por qué no?—dijo mientras me miraba, comenzamos a caminar.
—Porque si ese pobre vagabundo hubiese tenido una vida, no se hubiese llamado 'vagabundo' —Hice unas comillas en la última palabra. Itzel se cruzó de brazos.
—Si hubiese tenido una vida, igual sería vagabundo porque ese es su destino—Dijo y reí por sus palabras.
—Bien, dejando al pobre vagabundo atrás, ¿que haremos primero?
—Que tal si nos perforamos primero, después vemos tiendas y luego comemos.
—Me parece perfecto, Valeria.
—¡No me llames así! Soy Itzel, no Valeria. Sabes muy bien que no me gusta para nada ese nombre.
—Bien, bien— reí, pase mi brazo por su cuello y ella pasó el suyo por mi cintura.
Comenzamos a caminar director a la tienda que se encontraba a unas cuadras.—Hola Matt— saludo Itzel a nuestro viejo amigo. El nos perforaría, nos conocimos en un bar y el nos habló de su vida. Ya era viejo, pero parecía joven, al igual que su cuerpo.
—Hola, Itzel y _____—saludo— Creí que no vendrían.
—No, claro que si. Sólo que la señorita Itzel no encontraba su labial rojo —Matt y yo reíamos. Mientras Itzel bufaba.
—Ese labial es demasiado importante para mí.—Hizo un puchero y Matt negó con la cabeza.
—¿Quién será la primera?—pregunto.
—¡_____!—Grito Itzel rápido más que un correcaminos. La mire sonriéndo.
—Miedosa—Reí. Matt se sentó, y comenzó a darme instrucciones sobre no moverme, que iba a doler, pero sería poco y cosas así. Sólo asentí con la cabeza. Itzel me tomo de la mano.
Después de todo el proceso y las caras de Itzel de miedo terminamos.
—Listo.—dijo sonriente—que valiente ______.
—Gracias— sonreí y miré a Itzel—¿Lo quieres hacer?
—¡Claro!—ahora cambiamos de lugar, le di mi mano. Comenzó a dar los mismos pasos que hizo conmigo.
Después de que terminara la perforación de Itzel, pagamos a Matt quien nos agradeció y se despidió con un "cuando quieran" , después salimos del local. Itzel iba con su dramatismo a todo lo que daba, mientras yo reía.
Comenzamos a recorrer las más grande tiendas de los Ángeles, mientras buscábamos ropa, zapatos. Entramos a unas 15 tiendas, donde salíamos máximo con 4 bolsas de mercancía. Agotadas regresamos al auto y dejamos las bolsas.
—¡Ahora si, a comer!—Hablo Itzel y asentí. Conduje hacia un restaurante de comida china. No tardamos ni 15 minutos en llegar.
Entramos al restaurante y nos sentamos en una mesa. Pedimos comida, y después Itzel se quedó paralizada, lo cual logro asustarme.
—¿Qué tienes?—pregunte alarmada.
—Na...nada.
—¡No, algo tienes!, ¿por qué esa cara? —Itzel señaló la puerta y me gire para ver, pues estaba de espaldas. Sentí que mi estómago se retorcía, él estaba ahí, estaba en el restaurante. 'DIOS, ¿AHORA QUE HAGO?
—Itzel, vámonos.—fue lo primero que vino a mi mente.
—¿Qué?, ¡No, estás loca! Aquí nos quedamos.
—Por favor.
—No, algún día tienen que verse las caras _____.
—Si, pero no ahora. Bueno por lo menos él no me ve.
—¿De que demonios hablas? ¡Joel viene para acá!
—¡Mierda!.
15 votos y sigo.
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Secret sex- Joel Pimentel
Roman d'amourJoel Pimentel, el típico chico mujeriego que todas quieren. ____ López, la típica chica con encantos aún no descubiertos. Dos polos opuestos. Ella lo odia, él la desea. Después de que Joel, le dice un par de insultos, ella no está dispuesta ah volv...