capítulo quince.

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Me gire desanimada y aún con las lágrimas resbalando por mis mejillas.

—Julian, ahora no.—murmure apenas. El no dijo nada, sólo se acercó a mí y me abrazo. Estaba tan débil, que lo único que necesitaba era calor  y apoyo de alguien. Y ese alguien era Julian, que en toda la semana en la cual Joel estuvo ausente, se portó como todo un caballero conmigo.

Comencé a llorar en el abrazo, y lo abrace más fuerte como si no quisiera dejarlo ir, y en realidad no quería, porque él era un buen amigo.

—Tranquila, ______. Todo estará bien, lo prometo.

—¿Haz visto como me trato? —pregunte sin dejar de llorar.

—Si, es todo un hijo de puta...

—Julian, yo, yo, no merecía esto. No después de lo que paso entre nosotros. Me entregué a él, Julian...y mira, mira como me trata.

Mis lágrimas no paraban, era un llanto que aparecía nunca acabar. Julian volvió a tomarme en sus brazos, luego escuche la voz de Itzel, luego de varios segundos no la escuché pero sentí como otros  brazos me abrazaban demasido fuerte. Ahora tenía dos buenos amigos conmigo.

Itzel había traído con ella mis cosas y a Erick, el cuál también me había abrazado diciéndome que Joel era un "Completo hijo de puta". Habíamos decidido no entrar a clases, así que nos subimos al carro de Julian, y nos habíamos ido de " pinta ".

El día con los chicos había sido divertido, un poco. Porque cada cosa me recordaba a Joel, y me hacía romper en llanto. Así que había sido una batalla difícil para mis amigos.

Habíamos ido por mi auto al estacionamiento de la preparatoria, y cada quien había tomado su auto, así que nos habíamos separado. Al llegar a casa, hablé con mi madre diciéndole que faltaría toda una semana de clases, ella había aceptado, sin tomarle mucha atención a lo que decía, ya que estaba en el teléfono. Mi padre se había encerrado en su despacho, después de una pelea con mamá. En fin, mi vida se estaba volviendo totalmente un asco.

La semana de mi "ausencia" había pasado lenta. Itzel me tenía al tanto de todo lo que sucedía en la preparatoria. Según lo que me platicaba, Joel estrenaba novia, una rubia flaca, de segundo grado, que acababa de entrar. Lo cual me dolía en el corazón como si me hubieran encajado una espada. Erick se había peleado con Joel, por nuestra situación y se habían dejado de hablar. Y ahora en la cafetería, en nuestra banca se sentaban, Itzel, Erick y Julian.

Julian contaba que Erick e Itzel estaban muy cariñosos últimamente. Según el había hablado con Erick y el le había dicho que si le gustaba Itzel, pero tenía miedo a no ser correspondido. También habían dicho, que las porristas habían corrido el rumor sobre lo que pasó entre Joel y yo. Me dijo que el lunes, habían tenido una "pequeña" pelea de "palabras"  con Joel y que habían recibido detención los dos.

En fin, era domingo por la noche, cuando mis tres únicos amigos, habían ido a visitarme a casa con pizza y regalos.

—Me alegro que ya estés mejor, ___.—me dijo Erick.

—Si, no mentiré. He estado llorando  toda la Santa semana pero seguro que la herida sanara y será una...

—Cicatriz—dijimos al unísono Julian y yo. Lo mire sorprendida y sonriente—Si, eso.

—Bien — Itzel miró a Erick, algo nervioso — vamos por los refrescos y la película. Regresamos al rato chicos.

—De acuerdo, no tarden tanto. Y Erick, cuida a esa Morena — dijo Julian. Erick asintió sonriéndo y minutos después salieron de la casa.

—Me encanta tu sonrisa — dijo Julian, mientras se hacía un espacio en el sillón.

—Gracias, nunca te lo había dicho, pero tú mirada me encanta.

—Gracias señorita— hizo una voz Gay, lo cual me hizo reír. Luego tomo mi mano, lo cual me hizo mirarlo— _____, debo decirte algo — suspiré y asentí sonriéndo — yo...

El teléfono comenzó a sonar, mire a Julian y el asintió. Me paré y contesté.

—¿Hola?—pregunte y nadie respondió, sólo se escuchaba su respiración—¿Hola?— volví a repetir y después de eso colgaron. Mire el identificador de llamadas y el número se me hacía conocido rápido tome mi celular y busque el número de Joel. Me estremecí al ver que era el mismo número y nuevamente las ganas de llorar se apoderaron. Mis manos empezaron a temblar ¿le marcó de nuevo? "Marcale ____, ¿para algo te llamo, no?" me estremecí, y empecé a teclear los números de vuelta.

Voten muchísimo y comenten.

¿Qué opinan?

Secret sex- Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora