Capítulo VII (Parte II)

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La masacre

...

Quedo aturdida por el sonido del arma que estalló casi en mi oído. El tipo que estuvo a punto de matarme me ha soltado y ha caído al suelo.

Una persona encapuchada me ha salvado la vida.

-Gracias -digo conteniendo el aliento.

-De nada.

Su voz es fría, seria. Esa voz la conozco pero no logro saber de quién es.

-¿Dónde está Sarah? -me cuestiona tocando mi brazo suavemente.

-En alguno de estos mini departamentos.

-Hay que buscarla, ¡ahora! -me ordena.

Hay cuatro puertas y tres están entre abiertas.

-Seguramente está en esta -le digo mientras señalo la puerta dos.

Esa es la puerta cerrada, él le dispara a la cerradura y la abre con una patada.

Entramos los dos, vemos a una chica extremadamente delgada y muy alta. Está sentada en una esquina con un rifle en la mano. La pobre está llorando.

-¿Sarah Pirrer? -pregunta él.

-Eh, ¿ajá? -contesta con la voz entre cortada.

Él se acerca a ella y le quita fácilmente el rifle.

El encapuchado parece que sabía a lo que venía.

-Vamos a ver querido esqueleto. ¿Qué hacías esa noche por el lugar? -pregunta amenazante.

La chica toma aire y empieza a hablar muy nerviosa.

-Yo...yo salí a buscar a mi perro que se había escapado, cuando pasé por la casa de Befuel escuche unos disparos, me escondí detrás de un coche y vi que una persona salió de la casa. Me ganó la curiosidad y miré hacia el coche a donde se dirigía, en eso vi que salió alguien detrás de ese coche y empezó a golpearlo, luego lo decapitó y arrojo su cabeza contra la pared, vi como detazaba su cuerpo. Luego escuché a alguien detrás de mí, estaba lleno de sangre y me eché a correr, pero como entré en pánico caminé hacia el decapitado, al ver su cabeza tirada grité y empecé a escuchar las patrullas...

La tipa no para de llorar, y francamente me está hartando, igual no voy a negar que me encanta escuchar los detalles que da.

-¿Cómo era aquél tipo que apareció detrás de ti? -le grita el encapuchado.

-Ro... Robusto, como de 30 años y con una gran herida llena de sangre en la mejilla derecha -dice tartamudeando frenéticamente.

La tipa no ha levantado la mirada ni una sola vez.

-Oye, niña, ¿no le vas a preguntar algo tú? -me habla el encapuchado.

-No, solo quería infiltrarme aquí y matar a todos lo que pudiera, incluyéndola -le contesto con calma-. Y también para eliminar el expediente, para estar "limpia" -hago comillas con las manos-. ¡Ah! Y causar un poco de pánico colectivo -añado.

-Bien, pues es toda tuya.

El encapuchado la toma del brazo y la lanza hacia mí como si fuera un objeto cualquiera. Me coloco correctamente el tekagi-shuko (el arma que utilizo en mi mano) y acaricio su cara, estando en su mejilla la rasguño con mi arma. Ella grita de dolor e intenta darme un golpe. Le doy una patada en su estomago, ella cae muy fácil, ahora vuelvo a tocar su cara y con el tekagi-shuko le raspo el ojo como si de un pedazo de comida se tratase, presiono fuerte hasta sacarle por completo el globo ocular.

Diario del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora