Capítulo XIV

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La Gran Luna Azul

Martes 29 de Enero 

Siento el cuerpo pesado. Alguien me carga un momento y me pone en una silla de ruedas, atan mis manos fuertemente a la silla. Escucho unos movimientos bruscos junto a mí, ligeramente puedo ver que es Neizan, también en una silla de ruedas, igualmente atado. Puedo notar que traigo puesta una bata blanca y Neizan igual. Nos llevan hasta el recibidor donde ya habíamos estado en la pelea de antes.

—Buen día...

La voz que nos habla es de hombre albino, alto, con cabello y barba totalmente blanca, sus ojos son de un azul muy pronunciado. Viste de traje sastre negro, con una corbata negra y una capa igualmente negra.

—Permítanme presentarme, soy Drolos, es un placer conocernos al fin. He oído de su magnífica reputación, los admiro de verdad... Es una pena que los necesite más muertos, porque realmente es un desperdicio de talento.

Su tranquilidad y elegancia al hablar me hace sentir rara, no es un brujo como lo imaginé.

—¿No cumplo tus expectativas, Nila? —pregunta fascinado.

—¿Qué? —contesto confundida.

—¡Oh! Los estereotipos de "brujos". ¡No es mi culpa que la mayoría sean tan poco agraciados! No estés confundida, a lo largo de muchos años, doscientos o trecientos más o menos, no lo recuerdo, he aprendido muchas formas de usar mi magia. Leer la mente es algo fascinante... Deberías intentarlo...

—Yo... yo no puedo hacer eso, hasta hace unos días me enteré que tengo magia... Yo...

—Oh sí, lo olvidé, son muy jóvenes... Pero ¿Neizan? ¿Qué hay de ti? Tú sí sabías que tienes magia. ¿O me equivoco?

—No es algo que le importe —responde Neizan con mal genio y una mirada profunda.

Esto parece enfurecer a Drolos, pues se abalanza contra él.

—Mira, muchacho —dice exaltado mientras lo toma del cuello de la bata— tus intentos son muy mediocres y te aseguro que no podrás lograrlo, conmigo no.

Drolos da unos pasos y se regresa a Neizan dándole un puñetazo en la nariz haciéndole hace sangrar de inmediato. No entiendo lo que ha pasado, sus mentes parecen haber chocado, no lo comprendo bien, fue algo entre sus mentes, pero yo no estoy nada segu...

—Sí, Nila, él quiso entrar en mi mente, ¡un truco muy tonto! —ríe—. Es muy novato aún para alguien tan experimentado como yo. Aunque debo reconocer que él es mejor que la mayoría de los aquí presentes.

Ahora comprendo, él lee los pensamientos, y Neizan intentó entrar en su mente. No entiendo como es eso posible.

—Con la magia que posee, Nila, te creía más lista, ya deberías haberlo captado. Aunque a decir verdad, tú también deberías dominar un poco más tu poder, debiste conocerlo antes. ¿Cómo no te diste cuenta?

—Siempre sospeché que había algo raro en mí, pero yo no voy por la vida pensando que tal vez tengo magia. Claramente fue una novedad y considero injusto no poder aprovecharla ahora que sé que la tengo...

—¡Qué lástima, Nila! La vida está llena de injusticias, nada es tan justo como debería, pero bueno, ya no te queda tiempo para pensarlo. Hoy, casi a media noche, cuando la luna esté en su punto más brillante podré extraer de ustedes su ¡magia! —entre cada palabra su tono malvado se hace más presente alarmando mis pensamientos—. ¡Llévenselos! —ordenó con furia.

Llega alguien por detrás y me pone un vendaje muy apretado en los ojos provocando que me altere demasiado, tanta presión en mí a provocado un movimiento en falso que me costado que alguien me dé un puñetazo en mi nariz.

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