Capítulo XII

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Cosas del pasado

Lunes 21 de Enero

Abrí los ojos, un olor a café inundaba la habitación. Miré al lado, Neizan no estaba.

Fui a la recámara de sus padres, recogí mi ropa y me vestí. En la gabardina aún guardo mi revolver.

Bajé y entré a la cocina.

—Buenos días, niña. ¿Siempre te levantas tarde?

—Suelo perder la noción del tiempo cuando duermo. No sé que hora es.

—Oh, vaya, son las 11:57 a. m. Tres minutos más y te levantabas al medio día.

—Sí... Mmm...

—¿Quieres café y espagueti... o café y espagueti? —dice mientras señala sus opciones.

—Espagueti y café.

Durante el desayuno todo parecía "tranquilo". Pero de un momento a otro él comenzó a hablar:

—No sé que hacer, Nila, estoy preocupado. Mi madre ni siquiera me ha llamado.

Veo la preocupación en sus ojos, que parecen brillar en lágrimas.

—¡No sé dónde buscar, o a quién! Una pista...

—¿Conoces el nombre de Quilen Sffor? —recordé.

—Sí, es mi tío. ¿Por? —me ve extrañado.

—Pues mis "padres" lo mencionaron ayer. Que él... que él fue quien secuestro a tu padre y él es el que quiere unos no sé que de la investigación que hicieron mis padres sobre... Mmm... No recuerdo el nombre.... "axetorágulo", y también me quieren a mí... Eso dijeron...

Neizan se levanta de su silla y empieza a dar vueltas. No entiendo que le pasa. Supongo que no debe ser algo bueno.

—¡Ya sé donde hay que buscar!

—¿Ajá? ¿Dónde? ¿Neizan?

No deja de dar vueltas, empiezo a desesperarme...

—Mierda, Neizan. ¡Habla!

—Tenemos que ir a Peralvia, a la casa Sffor, era la antigua casa de la familia de mi madre pero mi tío (que en realidad es medio hermano de mi papá) la compró.

—Pues vamos, aunque no entiendo...

—¿Qué?

—Bueno, primero: ¿Yo que tengo que ver ahí? ¿Para qué me quiere? Y; segunda: ¿Qué es el axetorágulo? Y bueno, tengo más dudas pero esas son las que se me ocurren primero.

Él solo me mira, sé que sabe algo de todo lo que he dicho pero no me responde.

—Si quieres saber para que te quieren tendrás que preguntarle tu misma, y ya vámonos.

Fue una respuesta tan seca que me hace desconfiar.

En el camino vamos serios, se torna tenso, me siento insegura, como un mal presentimiento.

Llegamos por fin, hace mucho frío.

Estamos frente a una casa muy grande de la zona residencial, parece algo vieja y musgosa, con detalles de piedra, algo aterrador en mi opinión. Juro que si esto no fuera porque quiero saber información y estoy aquí de manera forzada, yo desearía entrar a esta casa del terror.

Al salir del coche subo el cierre de mi gabardina mientras Neizan toca la puerta. Antes de entrar volteo a la calle, hay una limusina antigua que estoy segura haber visto en alguna parte.

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