Capítulo 5 - Bomba

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Álvaro siempre ha sido un chico muy calmado, como para no serlo teniendo que lidiar al terremoto que es Raoul, por eso al pequeño no le sorprende que su hermano esté tranquilamente leyendo en su cama mientras tiene la pierna partida en tres. Raoul no se imagina cómo estaría él en esa situación: le agobiaría no hacer nada en todo el día, no poder levantarse, no poder ni siquiera ir solo al baño... Pero en cambio, ahí estaba su hermano, aguantándolo todo.

El rubio vive a la sombra de su hermano mayor desde que tiene memoria. Si Álvaro es alto, él es bajito; si Álvaro tiene los ojos azules, él los tiene color miel; si Álvaro es futbolista, él no sabe qué hacer con su vida; si Álvaro sacaba buenas notas, él está cursando primero de bachillerato con 18 años; si Álvaro es el perfecto hijo hetero, él es la oveja negra homosexual. Y ama a Álvaro con toda su alma, pero está harto de tener que vivir siendo el desubicado hermano del grandioso Álvaro Vázquez.

- Qué miras con esa cara, tete? -pregunta Álvaro apartando momentáneamente su mirada del libro

- No te duele? -señala con el índice la pierna escayolada

- Si la muevo un poco sin querer, sí -afirma el mayor observando el vendaje- pero no es nada

- No te cansas? -quiere saber Raoul- de ser siempre tan maravilloso... no te estresa?

- Raoul, no soy perfecto -resopla el chico de ojos azules

- Ya, y yo no soy rubio

- Mira, creo que me has idealizado demasiado y que tú te infravaloras en exceso -intenta convencerle Álvaro

- Si tú lo dices... -dice con escepticismo el menor

Raoul, al notar la presencia de Ricky y ver que su hermano no está solo, decide irse y sale de la sala hecho un basilisco.

- Buenos días, eh, maricón -replica el mallorquín- qué mosca le ha picado?

- Él mismo -responde Álvaro volviendo a fijar la vista en el libro- sin saberlo es su peor enemigo

Ricky asiente comprensivo y se dispone a hacer la revisión diaria del futbolista. Raoul recorre los pasillos del hospital a toda pastilla. Quiere ver a Agoney cuanto antes, pues cuando está con él siente que es él mismo y no el fracasado, el vago, la bala perdida...

- Buenos días, rubio -le recibe Agoney

- Bon día, Ago -saluda el catalán- bon día, Damion

- No te va a contestar -sentencia el canario

- Me da igual -salta el rubio- me oye de todos modos, deberías hablar más con él

Agoney ríe frente al comentario de Raoul a pesar de que el joven estaba siendo completamente serio.

- Raoul, lo tengo -dice el moreno sacando un sobre de dentro de la cama

- Los resultados? -pregunta Raoul

- Los resultados -afirma asintiendo con la cabeza- probablemente las respuestas a mis preguntas están aquí

Con la mirada llena de ilusión y de un brillo especial, abre el sobre y saca su contenido. Pasa las hojas de relleno y se va directamente a la que le interesa.

- Señor Agoney Hernández Morales -empieza a leer el propio Agoney- le informamos de que el TAC ha sido no concluyente, por tanto, deberá seguir haciendo pruebas...

A Agoney se le cae la carta de las manos, Raoul se encarga de recogerla y dejarla sobre la cama.

- Hey, Ago, no pasa nada -dice Raoul apoyando al canario- te haces otro tipo de pruebas y ya está, al menos no tienes nada chungo...

EUPHORIA (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora