Capítulo 35 - Te amo

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A la mañana siguiente, los dos chicos se despiertan con un dolor de cabeza terrible, cada uno por un motivo distinto.

- Me encuentro fatal -se queja el moreno

- Se llama resaca -ríe el rubio

- Qué dices? Bebí? -pregunta el canario

- Involuntariamente

Aún con los ojos cerrados, Agoney gira sobre su propio eje y deja instintivamente un beso en la mejilla de Raoul. El rubio no puede evitar sentir un escalofrío cuando nota los labios del moreno sobre su piel. Ha sucedido, lo que más temía, ha sucedido. Le tiene miedo, ya no siente sus besos como debería. Pues donde antes sentía una gran calidez, ahora solo hay hielo.

- Oh, dios mío, que pasó, Raoul? -se escandaliza Agoney al abrir los ojos

- Nada

- Cómo que nada? -dice examinando su cara- cariño, tienes un ojo morado

El moreno le acaricia la cara para tranquilizarlo, pero eso solo hace que se tense más. Y es entonces cuando Raoul se da cuenta de que está jodido, porque no hay nada peor que sentir como un intruso al cuerpo que hasta hace nada formaba parte de ti.

- Estábamos bailando en la disco y un pavo me metió un codazo, no te preocupes -miente el catalán

- Raoul, dime la verdad -le pide el canario- qué pasó?

- Eso...

- Por favor...

- No te culpes, vale? -empieza Raoul- bebiste, te falló la medicación y... y perdiste el control -se pone a llorar- y yo no supe tranquilizarte

- Te puse la mano encima? -pregunta Agoney con los nervios a flor de piel y las lágrimas a punto de desbordarse

- No querías, Ago

- Contéstame, te puse la mano encima? -repite el moreno

- Sí -asiente Raoul

Agoney no dice nada más, se levanta de un salto y empieza a meter su ropa en la maleta.

- Qué crees que haces? -le intenta parar el rubio

- Me voy -afirma Agoney

- A dónde? -pregunta el menor

- Donde sea, lejos de ti -empieza a llorar el canario

- Me estás dejando? -pregunta Raoul al que se le escapa la situación de las manos

- Ya que tú no lo haces, lo hago yo -dice el mayor con toda la serenidad que es capaz de reunir

- Eres tonto, no? -se indigna Raoul- sé que no lo hiciste a propósito, que tu yo de verdad es inofensivo, que me quieres... Mi vida, no quiero que te vayas

- Que te he puto pegado, Raoul -rompe a llorar y a temblar el canario- que te he hecho daño y lo peor de todo es que no me he dado cuenta, que no sé si sería capaz de volverlo a hacer, que me tienes miedo... La forma en la que me miras... Que no puedo controlarme, Raoul, que no, que me tendrían que encerrar

- Vale, para ya -lo corta el rubio- puedes controlarte, Ago, llevas meses haciéndolo

- Ayer no -le contradice

- Ayer te falló la medicación -explica Raoul- pero tú puedes con esto

- Y qué vas a hacer cada vez que me falle la medicación? Soportar una paliza? -dice bruscamente Agoney haciéndose más daño a sí mismo con sus palabras que a Raoul- que no, que eres demasiado bueno para tener que soportar a un capullo como yo

EUPHORIA (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora