Raoul llevaba tiempo conteniendose, quería hacerlo por Agoney, porque se le veía emocionado. Pero no iba a tolerar que usaran de esa forma al canario. No iba a tolerar que nadie tratase así a otro alguien, pero cuando ese alguien es Agoney, son palabras mayores. Así que sin pensar, lo suelta todo.
- Tú, pedazo de gilipollas, te voy a cortar los huevos a ver si te siguen quedando ganas de follarte a nadie -ataca Raoul a un desprevenido Héctor- si te quieres poner cachondo, mira porno, mátate a pajas, pero deja a las personas que solo necesitan un trabajo para sobrevivir tranquilas
- Y tú quién te crees que eres? -ríe irónicamente el jefe de Agoney
- El novio de ese chico y una persona mucho más decente que tú -argumenta el rubio- si es que se te puede llamar persona
- Raoul eras, no? -sigue Héctor con tono vacilón
- Sí
- Me das tu número? -pregunta el hombre
- Qué? También me quieres follar? -pregunta irónicamente Raoul- a mí no me ofreces ningún trabajo? No es tu estilo...
- No, no me van los hobbits -responde con una risa el jefe- lo digo por mandarte una foto cuando me esté tirando a tu querido novio, con mi polla dentro de él, sus rizos entre mis dedos, su...
Héctor no puede seguir, pues el puñetazo que le acaba de soltar Raoul hace que se muerda la lengua.
- Qué coño haces, niñato? -dice Héctor con la dificultad de tener la lengua hinchada debido al mordisco
- Ayer Ago me dio un besito en esa mano -ignora Raoul la pregunta del otro chico- disfrútalo porque es lo más cerca que vas a estar de él
Raoul, que no está acostumbrado a agredir a la gente, siente que necesita salir de ahí. Coger aire, despejarse. Así que, sin entrar al baño para no preocupar a Agoney que sabe leerlo como un libro abierto, se despide de él.
- Ago, mi amor, tengo que irme -atina a decir el rubio- nos vemos en casa, vale?
- Claro, bichejo -se limita a responder Agoney
- Te quiero y quiero que sepas que confío muchísimo en ti -acaba diciendo Raoul- de verdad
- No te preocupes, peque -ríe el moreno- lo sé y yo también te quiero
Tras despedirse de Agoney, Raoul sale corriendo en dirección a su casa, lo último que necesita es seguir viendo al capullo ese y, como le ha dicho a Agoney, confía plenamente en él. Pero entonces, un miedo que creía pasado se vuelve a apoderar de él: confía plenamente en el Agoney sereno, pero le tiene tremendo pavor al Agoney eufórico. Vale que hace mucho que no tiene un episodio acusado de manía, pero según dijeron los médicos podría sufrir alguno en un momento puntual y entonces estaría completamente perdido.
Agoney, contra todo pronóstico y pese a su enfermedad, casi siempre ha sido un chico con los pies en la tierra. El canario era consciente de su atractivo. Sabía que era guapo, pero no guapo egocéntrico, simplemente guapo objetivo. Cualquiera con un par de ojos era capaz de verlo. Agoney también era consciente del efecto que causaba en Héctor. Sus ojos azules siempre clavados en él, su sonrisa resplandeciente dedicada sólo a su persona, los miles de piropos camuflados entre frase y frase... En definitiva, Agoney sabía que atraía a su jefe. También sospechaba que casi todo el mérito de haber conseguido ese empleo, por no decir todo, era de esa cara que está lavando en estos momentos en el baño de la oficina. Pero si el destino era tan sabio como para regalarle un trabajo por su cara bonita, quién era él para negarse? Puede sonar sucio, inmoral, triste... pero Agoney lo toma como una compensación de la vida por haber sido tan cabrona con él. Por eso mismo, las palabras que oye al salir del baño lo dejan helado.
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EUPHORIA (Ragoney)
FanficUna visita al hospital y una máquina expendedora estropeada, eso es todo lo que necesita Raoul para que su vida cambie completamente. Un paseo matutino y un rubio al borde de un ataque de nervios, eso es todo lo que necesita Agoney para que su vida...