Capítulo 18 - Locos vs Cuerdos

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Tanto Roi como Agoney observan sus respectivas ventanas en el coche, no hay que ser muy avispado para notar las ganas que tienen de salir, de cambiar de aires. Y a Raoul no le extraña pues hasta él mismo, que a parte del hospital frecuenta su casa y el instituto, está harto de esa sala.

- Falta mucho? -pregunta un impaciente Roi

- No -responde Ricky

- Y ahora? -insiste el gallego

- Dos segundos menos que antes -sentencia el enfermero

- Y cuantos segundos en total para llegar? -contraataca Roi

- No lo sé -empieza a impacientarse el conductor

- Joder, es que nos estás llevando al culo del mundo -se queja el de ojos verdes

- Mira, es que cuando lleguemos y te pongas a dar saltitos de alegría, te voy a recordar el viajecito que me has dado -le amenaza el mallorquín

Roi se calla inmediatamente con media sonrisa y vuelve a fijar su vista en la ventana.

- Ale, ya estamos -suspira Ricky

- Aiaiaiai -Roi baja del coche prácticamente en marcha

- Te matarás, muchacho -ríe el canario bajando más calmadamente del coche

Raoul y Ricky colaboran ayudando a Álvaro a incorporarse con las muletas. Cuando se aseguran de que las puertas están bien cerradas, se reúnen con los otros dos chicos.

- Qué coño es esto? -se queja Roi- nos trajiste a un edificio abandonado en medio de la nada

- No es un edificio abandonado, simplemente está viejo ya -informa el enfermero- solía venir por aquí con la edad de Raoul

- Venga, hasta luego... -dice Raoul

- Tampoco es tanto, nos llevamos solo doce años -se defiende Ricky

- Hombre, eso de solo... -puntualiza el canario

- Qué? -se indigna el mallorquín

- A ver, Ricky, doce años ya es un niño de primero de la ESO -le pincha Álvaro

- Os odio a todos y cada uno de vosotros -sentencia el mayor fingiendo un enfado

- Vamos dentro, gruñón -ríe Álvaro robándole un rápido beso provocando una sonrisa inmediata en el otro chico

El grupo se adentra en el edificio, Roi y Agoney se miran emocionados, Raoul y Álvaro se sonríen rescatando recuerdos de su infancia y Ricky sonríe triunfante.

- Ya os gusta el edificio abandonado? -se regodea con orgullo el mayor

- Qué...qué es esto, Ricky? -pregunta maravillado Roi

- Pues qué va a ser? Un centro recreativo de toda la vida, con su bolera, su billar, su futbolín, sus marcianitos... -aclara el enfermero

- Qué pasada, Dios -alucina el rubio

- Que queréis hacer primero? -pregunta Ricky

- Los bolos, los bolos -sugiere Roi

- Tú qué? -le pregunta Ricky a Álvaro

- Supongo que os miraré -se encoge de hombros el futbolista

- No te importa? -se preocupa Agoney

- No, tranquilo -le sonríe el futbolista

Así que van al mostrador y pagan una partida de bolos para cuatro. Bajan a las pistas, Álvaro con un poco de dificultad, y se aposentan en una de las vacías, que son prácticamente todas.

EUPHORIA (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora