Capítulo 26 - Hotel Vázquez

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El día empieza de la peor forma posible, Raoul recibe la nota de historia: un 5'7. Ni tan mal para estar en bachillerato y no haber estudiado más de dos tardes. Pero no es suficiente.

- Eh menuda mierda! -se queja el rubio durante el recreo- así ni de coña consigo una buena nota para la uni

- Y desde cuándo te preocupa tanto la nota, Don "de qué me sirve estudiar"? -se interesa Olga

- Desde que sé que la nota de acceso de la carrera que quiero estudiar está por las nubes -afirma Raoul

- Y cuando has decidido qué carrera estudiar? -se sorprende Mireia

- No hace mucho -se encoge de hombros el rubio

- Y qué? Vas a decirnos cuál es esa carrera que te ha robado el corazón? -pregunta Mireia intrigada

- Eso eso -apoya Olga a su amiga

Raoul niega con la cabeza mientras ríe, desde luego sus amigas no tienen remedio.

- Enfermería -suelta sin demorarse Raoul

- Vaya, no has salido del hospital y ya quieres volver? -ríe Olga- ahora en serio, y esa afición repentina por la enfermería?

- Supongo que el hospital me ha hecho reflexionar -se limita a justificar el chico

Y tanto que le ha hecho reflexionar. Raoul se ha dado cuenta en el tiempo que lleva en el centro médico de lo importantes que son los enfermeros en el proceso de recuperación de los pacientes. Agoney y Roi no dejan de recordarle la suerte que tienen al haber caído en manos de Miriam y Ricky, pues si tener una enfermedad ya es suficientemente pesado, tener que aguantar a un enfermero malhumorado todos los días, no ayuda.

Su novio le ha contado que en el hospital de Adeje tenía un enfermero completamente opuesto a Miriam. Si la gallega significaba libertad y buen rollo, el canario era todo exigencias y alas cortadas. Agoney describe a Miriam como su segundo ángel de la guarda, pues cuando la conoció empezó a creer que podría con aquello, por aquel entonces desconocido, que rondaba por su cabeza. La cara de felicidad y admiración de su chico al hablarle de su enfermera, fue el detonante. Raoul quería ayudar tanto a alguien que su simple mención fuese acompañada de una sonrisa tan grande como la del canario. Raoul quería ser enfermero para que ningún paciente se sintiera solo, Raoul quería ser enfermero para luchar por aquellos a los que ya no les quedaban fuerzas.

- Eso sí, necesito que me ayudéis con las notas -ríe avergonzado Raoul

- Claro -ríen las chicas- eso sí, los repasos se los dejamos a Agoney, no?

- Sois idiotas! -se sonroja el rubio

El timbre suena y deben volver a las aulas. El rubio recibe un par de notas más, bastante mejores que la de historia, cosa que le anima, y finalmente, acaban las clases. Tras comer con su hermano, decide acompañarlo a su rehabilitación y de paso se pasea por la planta de los trastornos mentales. Al llegar a la sala de su chico, se encuentra con algo completamente inesperado.

- Hombre, el que faltaba -sonríe, juraría que nostálgico, Roi

- Qué pasa? -no entiende nada Raoul

- Quieres primero la parte buena o la mala de la noticia? -pregunta Agoney con cierto nerviosismo

Y aunque no pretendía hacerlo, la pregunta de Agoney inquieta a Raoul.

- Me quedo con la mala -escoge el rubio sin dudarlo dos veces

- No tengo donde caerme muerto -afirma el moreno sin rodeos

- Perdón? -sigue sin comprender el catalán

- Pues eso, mi hermana se fue, no tengo trabajo, no tengo dinero... -argumenta el canario- y no tengo casa

EUPHORIA (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora