Capítulo 2 - Mejor antes que después

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Al llegar al restaurante, descubro que Jorge ha optado por sentarse en una de las mesas que se encuentran en el exterior del local, las cuales son cubiertas solo por un toldo que sale del interior del local y son perfectas para este clima otoñal pero soleado.

Su rostro demuestra el mismo estado de ánimo con el que salió esta mañana de casa, cuando recibí su mensaje esperaba encontrarlo de otro humor, quizás hasta un poco romántico ya que tan solo falta menos de una semana para que sea nuestro aniversario número 4 de casados y en años anteriores se ha mostrado detallista.

Levanta la vista de su tablet y como nunca en este mes, se me queda viendo fijamente pero su expresión no es cariñosa sino indiferente. Muerdo el interior de mi mejilla para disimular cuánto daño me hace esa mirada, ahora sólo necesito sus mimos y caricias, no esto.

Llego a lugar y me acerco a la mesa donde él se encuentra, se para me da un beso en la mejilla y saca la silla para que me siente. Estamos frente a frente, ninguno de los dos hace el intento de hablar, sus ojos me dicen que tiene algo importante que decirme pero sus labios no emiten palabra. El camarero se acerca con nuestro pedido y nos deja con el mismo silencio que ya comenzó a ser más que incómodo.

- Sobre lo que te dije anoche…- empiezo.

- Ayer dijiste muchas cosas.- me interrumpe.

- Lo de la inseminación artificial o fertilización in vitro.- digo mirándolo con ojos demandantes.

- Ah, sobre eso.- dice mezclando desinteresadamente el contenido de su plato.- creo que deberías esperar un poco más y ver si el tratamiento hace efecto.

- Si, pero…

- No he venido a hablarte de eso.- me corta.

- ¿Entonces?- preguntó sin entender a dónde quiere llegar.

- Tengo mis maletas en el auto…

- ¿Vas a viajar? Por qué no me lo dijiste antes.- digo haciéndome la tonta, no quiero creer que lo que más temía se está haciendo realidad.

- Miky, déjame terminar por favor. No me lo hagas más difícil.- las lágrimas ya hormiguean en mis ojos, pero no quiero llorar, debo esperar a que me diga todo- Vengo del departamento, he sacado de casa lo primordial para estos días, en los siguientes pasaré a recoger lo que falta. No te preocupes será cuando no estés.

- ¿Qué, espera? No entiendo, quieres un tiempo- preguntó ingenuamente rogando que esto sea así.

- No Mikaela, por favor no me pongas las cosas más complicadas.

- Pero, qué, no entiendo, por qué- digo limpiando una lágrima rebelde.

- Mikaela, no te estoy pidiendo un tiempo, quiero el divorcio.- se congeló el tiempo, el aire se volvió espeso y siento mis extremidades temblar.

Miles de lágrimas empiezan a correr por mis mejillas humedeciéndolas en su totalidad, este día no debía terminar así.  Debía terminar con él y yo abrazados en la cama luego de haber tenido sexo por consuelo. Por qué no fue más valiente para decírmelo en nuestra casa, allí podría llorar y gritarle libremente. Pero él,  no, quiso elegir un restaurante encima una mesa de exterior, un lugar donde mis respuestas serían mínimas donde no podríamos discutir o yo pedir más explicaciones.

Me quedo callada, quiero que él continúe y me diga el porqué de su decisión,  sin embargo se queda callado y viéndome, cosa que hace que me hierva más la sangre.

- No piensas decir el motivo, piensas que soy tan estúpida para creer que es porque hoy te levantaste y dijiste “vaya, hoy ya no quiero estar casado, sacaré las cosas del apartamento”. No, tengo ojos Jorge, he notado tus continuos cambios de humor y tu semblante distinto durante todo este mes, sé que algo pasa y no me lo estás diciendo.- lo observó esperando respuesta, pero él no dice nada- Piensas hablar en algún momento… por Dios, Jorge, se hombre y habla. Yo no soy débil como para derrumbarme por tus palabras.- digo fingiendo tener más fuerza de la que poseo.

- ¿Quieres que te diga la verdad, Mikaela? Eso quieres.- yo solo asiento con la cabeza- Ok, sabes por qué quiero el maldito divorcio… porque ya me tienes hasta los huevos con lo del bebé, porque ya no haces el amor como antes, porque el sexo se ha vuelto mecánico, todo con un solo objetivo “procrear”. Ya no es, ya no eres pasional y fogosa como antes, te dije que esto del bebé lo tomemos con calma, que no te obsesionaras con eso, pero fue todo lo contrario, te empeñaste en tener un hijo y no notaste que este matrimonio se estaba yendo al carajo, ahora ya no hay solución, quiero el divorcio. Y si estás embarazada…- se toma un segundo pensando y continúa para seguir haciéndome más daño con sus palabras- porque fíjate hace un mes fue la última vez que tuvimos intimidad, dime cuando hemos sido así nosotros si antes de que te obsesionaras teníamos sexo casi todos los días. Bueno, como te decía, si descubres que estás embarazada, te agradecería que me lo dijeras, yo te apoyaré,  nuestro hijo no tendría la culpa y fuera de todo lo que te he dicho y lo que hemos pasado, yo te quiero demasiado.- dice, terminado su discurso luego de que me ha partido el corazón.

Siento mi cara como si fuera un río salado, mis ojos deben estar rojos e hinchados y mis mejillas teñidas de escarlata. Jamás me imaginé que mi futuro ex esposo fuera tan cruel como para decirme todo lo que me ha dicho. Me acabo de dar cuenta que él no merece mi sufrimiento pero mierda como duele. Ya no quiero llorar, ya haré eso en mi casa hecha una bolita sobre mi cama. Saco un pañuelo de mi bolso y limpio mi rostro, borrando los surcos de delineador que lo marcaban.

Me está observando como si yo le debiera una respuesta, lo que no se ha dado cuenta es que ya todo lo dejó él dicho claramente. Lo que no sabe es que yo no me quedaré sin decirle unas cositas.
- Qué pena me das, creí que sabías que en la vida no es todo sexo, creí que yo te complementaban en otros aspectos que no involucraran una cama, no sabes cuán decepcionada estoy.- respiro para poder continuar con la misma calma y no se note lo afectada que estoy- Pero gracias, acabas de abrirme los ojos, mejor ahora antes de que haya un bebé de por medio.- saqué mi anillo de mi mano izquierda y lo dejé sobre la mesa, tomé de mi cartera la prueba de embarazo con el resultado negativo y también lo dejé sobre esta, yo no haría un espectáculo. Arrastro ambos hasta que queden en su extremo de la mesa, él solo sigue atentamente cada uno de mis movimientos- Por lo del embarazo, no te preocupes, no lo estoy, la prueba me la realicé hoy antes de venir.- abrió los ojos en expresión de sorpresa, creo que no se imaginaba que había recibido esa noticia antes de todo su ofensivo discurso- Con respecto al divorcio, mi abogado se comunicará con el tuyo.

Dicho esto, me paré y salí rápidamente del establecimiento, dejándolo con la palabra en la boca. Tenía ganas de llorar, de encerrarme en mi cuarto con las luces apagadas y no salir de ahí hasta que me salgan raíces o la Tierra explote. No quería hablar con nadie, pero tenía que llamar a mi abogado, mi hermano, para que agilice lo de la separación y esta sea lo más pacífica, yo no quiero nada de él, tengo como mantenerme gracias a mi trabajo y a las acciones que me pertenecen del bufete de abogados de mis padres. Si antes Jorge le caía mal a mi hermano por haber sacado a la princesita del castillo, ahora creo que lo odiará y querrá dejarle el rostro desfigurado. Y si le avisa a mi otro hermano, el médico, creo que lo dejarían hecho un trozo inerte de ser humano. Pensándolo bien no sería mala idea, tengo unos hermanos y un padre muy sobreprotectores, pero no, por más idiota que sea la persona la violencia siempre estará mal, a parte mi destrozado corazón sigue latiendo por ese idiota. Tengo un gran trabajo por delante.

Durante el camino a casa en taxi, hoy no cogí el auto, no derramé ni una sola lágrima, mi mente estaba saltando de luna en luna. Pero fue llegar a mi casa y ver los cuadros con fotos de nuestra boda, nuestros viajes y aniversarios para que la tristeza saliera a flote. Lo peor llegó cuando entré al dormitorio y ver que sus cosas ya no estaban, en el baño tampoco se encontraban sus lociones.

Me tiro sobre la cama, me cubro con las sábanas acurrucándome con la almohada que le pertenecía, rápidamente su fragancia inunda mi nariz y llena con una extraña calidez el vacío que hay en mi pecho. Los sollozos no tardan en salir de mi labios acompañados por aguaceros que brotan de mis ojos, ya no puedo controlar mis sentimientos, el dolor que ha dejado dentro de mi me hace sentir rota, sola. Lloro, creo que las lágrimas no se casarán de salir esta noche, creo que no se casarán de salir nunca.

Hola pequeñuelos, segundo capítulo, se podría decir que me encuentro inspirada. ;)
Espero les guste el capítulo y como va avanzando la historia.
En multimedia el guapísimo pero decepcionante Jorge Escovedo.
Los quiero, Valquiria Ayala. ¡Yup!

Whisky + Vodka = FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora