Capítulo 17 - Parodia de fortaleza

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POV's Mikaela

¿Cómo se supone que sobreviviré a estar junto al señor infiel una semana intentando no lanzarme encima de él en el proceso? Es que ese hombre tiene el poder de crear un caos en mí. Por un lado está que es un perfecto mentiroso, cuando por el otro está su intensa mirada, que causa que todas mis hormonas se descontrolen y quiera comérmelo a besos.

—¡Aaagh! ¡Maldición, demonios! —refunfuño intentado subir la parte superior de la cremallera de mi bonito vestido sin que ajuste tanto que me asfixie—. Odio esto, estoy segura que cuando lo compré me quedaba perfecto —me doy por vencida.

—Mikaela, en primer te me calmas —dice Paula acercándose a ayudarme—. Poniéndote así no logras nada, viajarás simplemente a trabajar —adivina realmente a qué se debe mi malhumor—, limítate a hacer tu trabajo y listo,está bien que sea súper atractivo y tenga esos ojazos… y que te mire como si quisiera que no salgas de su cama un mes. Pero resístete —dice con ímpetu cerrando por fin el cierre, haciendo que de un salto al sacarme de la ensoñación en que me metió.

—Paula, no ayudas demasiado que digamos —digo intentando hacer espacio entre el vestido y mi busto—, debo olvidarlo no recordar la forma en que me mira… ¡Ya estuvo, me rindo con este vestido!

—Guapa, tú solo recuerda que está casado y te engañó, es un maldito infiel. Además, ya déjate ese vestido, te queda genial, tienes todo en su sitio.

Mentalizada, está casado, es un hombre mentiroso e infiel. Mientras tenga eso en mente todo estará bien y no podrá volver a seducirme, voy a trabajar no a divertirme con él. La última vez me agarro vulnerable y no estaba muy sobria que digamos… Sí, eso Mikaela échale la culpa al alcohol, ironizo, pues sé perfectamente que estaba plenamente consciente de lo que hacía, y solo me engaño para hacerme sentir mejor.

—Bien, bien —respiro profundo, llenándome de fuerzas pues sé que ahí afuera veré, no a Luciano, sino a mi otro dolor de cabeza, Jorge, mi ex esposo; sí, mis padres aún guardan la esperanza de que volvamos, creen que solo una fase, por más que por teléfono les haya aclarado que es definitivo—. Siento que estas se saldrán por el escote — digo señalando mi pecho.

—Tú tranquila, esas no se saldrán de su sitio. Cierto, hablaste con Javi sobre el viaje —pregunta.

—Si, igual llegaré el lunes, solo que un poco más tarde, de todos modos ese día no se iba a trabajar. Quedó en confirmarme el hotel donde me quedaré.

—Okey, entonces bajemos de una buena vez tus padres deben estar por matarnos.

Hoy es aniversario de mis padres, ellos viven en San Francisco, conduje durante toda la noche, así que eso sumado a mis nervios, creó un maravilloso coctel digestivo que me ha tenido con náuseas durante la mañana. Pasaré el fin de semana aquí y como de aquí a Napa, donde queda el viñedo de Luciano, es más cerca que de Los Angeles, conduciré el lunes hacia allí, de eso fue de lo que hablé con Javi, quería aprovechar, hace mucho que no veía a mi familia. Sé que mis hermanos viajan constantemente por trabajo y nos vemos seguido, pero no es lo mismo a estar todos juntos en reunidos.

Cansada de buscar a Paula entre la multitud que hay, desaparezco un momento en el jardín, quito mis zapatos y camino por el fresco césped, desde niña me ha gustado hacer eso, es un momento en el que puedo reconectar conmigo misma. Olvidándome de todo, volviendo a ser niña una vez más. Recordando mis antiguas cortas clases de ballet empiezo a dar giros y pequeños brincos.

—Así que aquí es donde te escondes —dice, sobresaltándome, una voz que últimamente escucho todas las noches mientras duermo.

—Tú qué haces aquí —pregunto ligeramente alto, sin girarme hacia él.

Whisky + Vodka = FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora