Capítulo 9 - "Eternamente nuestro"

6.2K 340 9
                                    

POV's Mikaela

No recuerdo cuándo fue la última vez que estuve tan descansada. Abro mis ojos y lo primero que veo es a un hombre hermoso, su perfil es encantador, sus pestañas caen sobre sus mejillas en una expresión de sueño relajada. Tomo su rostro entre mis manos y me deleito con la sensación que causa su incipiente barba desordenada.

Se remueve atrayéndome más a su cuerpo, es en ese momento donde salgo del trance en el que me encontraba. A esta persona la conozco solo de unas horas y ya me encuentro metida en su cama, desnuda sobre su pecho. Yo no soy así, cada vez que he estado con alguien los sentimientos han estado involucrados, ha habido amor o cariño de por medio.

Lentamente saco su brazo de mi cuerpo y me deslizo de la cama procurando no despertarlo. Luciano es una tentación, me reta a quedarme con él, entre sus cálidos brazos. No puedo creer cómo es que me he dejado llevar tanto por un par de copas. A quién miento, no fueron solo un par de copas lo que me embriagaron, fueron muchas acompañadas de los exquisitos besos de este hombre.

Busco mi ropa por todas partes, mientras en mi cabeza se repite como un mantra la frase "Yo no soy así, yo no soy así, yo no soy así", pero debo admitir que no me arrepiento de hacerlo. La idea de que sea la única vez que esté con él me revuelve el estómago, tan solo pensar que ayer casi me voy sin siquiera pedirle que nos veamos nuevamente o al menos su número.

Al lado de la cama encuentro mis zapatos y mi bra, me los coloco y sigo con la búsqueda de lo que me falta. Camino por todo el dormitorio, según recuerdo aquí nos despojamos de todas las prendas. A unos pasos de la puerta encuentro mi vestido. Mis bragas, mis malditas bragas, ¡Dios!, es lo último que me falta para estar completa y llegar a casa antes de que Paula llegue a ayudarme con la mudanza.

Debajo de la cama no están, no pienso irme sin ellas. ¡La cama! Sí allí están, deben estar ahí. Mis manos viajan por todo el revoltijo de sábanas, mis dedos rozan el envoltorio del preservativo, provocando que me sonroje al instante recordando las horas anteriores. Sigo escarbando hasta hallarlas debajo de la almohada que ahora está abrazando mi querido Luciano.

Ya vestida, tomo mi bolso que se encuentra sobre la cómoda. Recuerdo que siempre cargo toallitas desmaquillantes, corro hacia una de las puertas que hay dentro de la habitación y espero sea el baño. Quito el maquillaje de mi rostro y ya me siento más decente como para poder salir. Mirándome al espejo que hay sobre el lavabo, recojo todo el cabello que puedo para poder hacerme una cola alta y sujetarla con una liga que tengo en mi muñeca.

Salgo y me quedo apreciando la imagen que se extiende frente a mí y estoy segura que permanecerá en mi galería mental. Luciano está sobre la cama dormido boca abajo con uno de sus brazos estirado hacia el lado donde yo lo acompañé, como si estuviera buscándome. Las sábanas cubren de su cintura para abajo, dejando descubierta su ancha espalda a la vista.Sobre sus hombros hay un tatuaje que no noté. Me acerco más para poder ver de qué se trata.

Anonadada vuelvo a llevar mi mirada hacia su hombro desnudo confirmando lo que vi la primera vez. En su piel se encuentra grabado el yang de mi yin que está plasmado en mi cadera. ¿Coincidencia o señal? Sé que en algún momento del día me arrepentiré pero prefiero arrepentirme de hacerlo antes de que no hacerlo.

En el primer post-it visible que hay sobre su mesa de noche escribo:

"Hola, dormilón. Debía irme pero no quería despertarte, perdón :( Fue una noche grandiosa, espero volver a verte.

El yin de tu yang, Mikaela.

999 558 337"

Whisky + Vodka = FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora