Capítulo 10 - La chica misteriosa de Nick

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POV's Mikaela

Entre risas y bromas terminamos de empacar todo. En ocasiones como esta agradezco demasiado que Paula me acompañe y distraiga de mis preocupaciones, aunque hoy fue de lo más raro que no me contara los detalles inoportunos de su noche con el hombre misterioso.

Luego de embalar las últimas cajas, a empujones fui llevada a cambiarme de ropa y a prestarle algo que ponerse porque la niña que se hace llamar mi mejor amiga, no pasó por su departamento. Ahora, luego de darme cuenta que para lo que quería venir Paula a la pista de entrenamiento era charlar con uno de los profes, me encuentro trepada en mi moto a unos 2 kilómetros en el terreno arenoso que tiene el centro de entrenamiento, y puedo decir que esto era lo que necesitaba para despejar por completo mi mente.

A través de toda la indumentaria de protección, distingo el sonido de un motor en particular que rompe el viento. Instantáneamente una sonrisa ilumina mi rostro al intuir de quién se trata. Aumento la velocidad y siento que él también lo hace, sigo así un par de minutos disfrutando del aire impactando mi rostro y disfrutando de la sana competencia.

Desacelerando subo uno de mis brazos y en el aire hago señas de que en 5 segundos iré parando mostrando los cinco dedos de mi mano. Paro y quito mi casco mientras que espero a que el susodicho llegue hasta mi. Siento la moto cada vez más cerca de donde me encuentro, giro mi cabeza y observo el trayecto que hace hasta que gira y para justo frente a mi.

Quita su casco, me mira, sonríe y repite las mismas palabras que dice cada que me ve, solo por fastidiarme.

—Admiras la vista o solo necesitas combustible —dice haciendo que recuerde el día que nos conocimos y casualmente la moto me dejó varada.

—Idiota, solo te esperaba.

—Oh... qué linda yo también te extrañé. —Le doy un codazo y una mirada mordaz cuando ya se encuentra a mi lado apoyado sobre mi moto.

Ambos permanecemos callados, lo cual es fuera de lo normal, ya que cada que estamos juntos no hay nadie que nos calle. Miramos el cielo despejado que nos brinda un maravilloso atardecer, tiñendo de tonos anaranjados y rojizos nuestros rostros. Por más que estemos en silencio, este no se torna incómodo sino más bien acogedor y enternecedor. Él es el primero que se decide romper el silencio.

—Mika, por qué tan callada, me sorprendes —dice llamando mi atención.

—Lo mismo podría decir de ti, no soy la única que está metida en sus pensamientos.

—Vamos, ambos sabemos que de los dos tu eres la más parlanchina. —Río ante eso porque él es el más charlatán.

—Claro, eso diles a tus conquistas. Ni tu mismo lo crees, Nick.

—Eso hirió aquí —se señala el pecho, el lugar donde está el corazón.

—Sabes que igual te quiero —dije haciendo un puchero.

—Ya pues Mika —dice sobando su mejilla en mi hombro— soy tu mejor amigo dime qué es lo que sucede.

No respondo.

—Dime, dime, dime, sí...

—Me acosté con un hombre casado —suelto cortando en seco sus súplicas.

Se queda callado, no responde, solo me mira y me empiezo a hacerme sentir mal su silencio.

—¿Qué? —dice desconcertado.

—Pues eso, el infeliz me engañó, nunca me dijo que era casado hasta que encontré su sortija de bodas.

—¿Quieres que le parta la cara? Nadie se burla de mi mejor amiga y sale ileso, sino que te lo cuente tu ex.

Whisky + Vodka = FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora