Espero gritos por parte de Enrique, pero él sólo se acerca a nosotros y guarda la tanga por la que Octavio me reclamaba. Saca un pijama del armario, lo deja en mis manos para luego mandarme al baño a cambiarme. En el baño me coloco la pijama, cepillo mi cabello y lavo mis dientes lentamente con tal de hacer tiempo y evitar ver a mis hermanos. El tono carmesí de la vergüenza aún no se desvanece de mis mejillas cuando salgo aparentando más valentía de la que tengo en estos momentos. Ellos se encuentran sentados sobre la cama en completo silencio, no alzan la cabeza cuando me siento al lado de ellos y tampoco lo hacen cuando me recuesto.
- Enrique, qué decías sobre el divorcio- pregunto alejando la conversación del tema de mi lencería.
- Por favor Mikaela solo dame un momento para sacar de mi mente la idea de mi hermanita usando eso.- dice molestando mi paciencia.
- ¡Dios! Acaso sus chicas no utilizan eso, es normal que una mujer quiera sentirse coqueta y sexy.- digo cruzando mis brazos- Ya crecí, ya no soy una niña, estoy a punto de divorciarme y estuve intentando tener un bebé.
- Ok, esa es demasiada información.- levanta la cara y me mira- Comprendo que ya creciste, pero de todas maneras es chocante pensar que los hombres ven a tu hermana como una bomba sexy.
- Tu siempre serás nuestra niña, nuestra pequeña princesa a la cual defenderemos de todos los ogros. Es difícil verte de ese modo.- se manifiesta Octavio luego de haber permanecido callado.
- Ustedes siempre serán mi guardianes, solo hagan como que nunca vieron eso ¿Sí? Es bochornoso que tus hermanos vean las prendas que te colocabas para seducir a tu esposo.- digo provocando que hagan un gesto de disgusto.
- Olvidado, pero no vuelvas a mencionar algo como eso.- pide Octavio volviéndome a colocar el termómetro que había dejado olvidado al ocurrir todo- listo, ahora sí quédate quieta, para tomar tu temperatura.- asiento dulcemente.
Según la temperatura que marcó el termómetro no tenía nada grave. Ahora recién despertaba después de haber tomado un par de antigripales y una prolongada siesta. Miro hacia mi derecha y me encuentro con la imagen de Enrique mirándome desde el marco de la puerta.
- ¿Y Mono?- le pregunto al no verlo.
- Pidió prestado tu sofá para dormir un rato. ¿Cómo te sientes?- dice acercándose.
- Mejor, qué hora es- digo adormilada.
- Vas dormido demasiado, son las dos de la mañana.
- Pero qué haces despierto, deberías descansar, yo ya estoy bien.- regaño.
- No podía dormir y verte así dormida me hizo acordar a cuando tenías miedo y te acercabas a mi cama.
- Ven digo.- digo haciéndole un hueco en la cama.
- Ay enana, no sabes cuanto te he extrañado.- se coloca a mi lado y coloca un brazo debajo de mi cuello- qué has pensado del divorcio.- pregunta.
- Quiero que sea pacífico y lo más rápido posible, este departamento se venderá al iguak que los muebles y electrodomesticos, el valor será en partes iguales para ambos. Con respecto a otras propiedades adquiridas durante el tiempo que estuvimos juntos, solo son dos autos, cada quien se quedará con el que utiliza ya que cada uno pagaba el suyo. Yo me quedaré aquí hasta que encuentre un nuevo lugar donde vivir. Negocia en base a eso, por favor.
- Me sorprendes, si que estabas decidida.- su gesto de asombro me causa risa.
- He tenido todo el fin de semana para pensarlo.- lo miro fijamente - Ah y me olvidaba, que venga a recoger sus cosas en esta semana mientras yo trabajo, porque la próxima empezaré los arreglos y el cambio de chapa para el nuevo dueño.
- Está bien, en cuanto amanezca me comunicaré con su abogado, menos mal no tienen cuentas mancomunadas con ahorros de ambos.- sonríe.
- Si, en eso fuimos muy independientes, pensábamos crear una cuando tuviéramos un hijo, pero en fin.
- Está bien Miky, ahora descansemos que mañana tu trabajas y yo debo comunicarme con tu ex y luego acompañar a Octavio a comprar unas cosas antes de que regrese a casa. Buenas noches.
- Trabajo- digo haciendo una pequeña pataleta- no quiero. Buenas noches, te quiero Quique, gracias por todo.- le doy un beso en la mejilla y me acomodo en su pecho dispuesta a seguir durmiendo. Lo único que escucho antes de caer en un profundo sueño es “no hay de qué, preciosa”.
Un capítulo super corto, pero a partir del siguiente empieza lo más sabroso. ;)
Los quiero, Valquiria Ayala.
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Whisky + Vodka = Familia
ChickLit¡Negativo! Eso es lo que recibe en cada prueba que se realiza. Mikaela es una fotógrafa publicitaria que lleva dos años intentando con su esposo tener un bebé. Tratamiento tras tratamiento siempre es el mismo resultado, ha intentado todos y cada un...