diez

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No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos.

-O. K. Bernhardt.

Nos subimos al buque que nos llevaría a una isla en los alrededores de Incheon. Minah estaba sentada con Kangjoon adelante, puesto que nuestros asientos habían salido muy separados, y por razones del destino, me había tocado sentarme con Hoseok, casi al final de la embarcación.

Sentí que de cierta forma, Kangjoon podía sentir lo que estaba pasando entre Hoseok y yo, y tal vez lo ayudaba, o quizá no tenía ni sospecha, pero no pensé mucho en ello. Después de todo no es que algo iba a pasar en el buque. Me coloqué los audífonos para luego cerrar los ojos, ignorando a Hoseok que veía su móvil. Era solo una media hora de viaje, pero podía aprovechar para descansar porque habíamos salido muy temprano de Seúl.

Lamí mis labios, como la maldita costumbre que tenía, y me recosté a la pared, dándole la espalda a Hoseok. Los asientos eran bastante cómodos.

Sin embargo, fue cuestión de segundos, para que pudiera sentir una respiración tras de mí haciéndome abrir los ojos y luego voltear. Hoseok ese día estaba utilizando unos pantalones holgados de color negro y una camiseta gris. Tenía las piernas abiertas, estirando la tela en el centro y tragué en seco. Observé su rostro, él tenía los ojos cerrados y había sentido su respiración porque su nariz estaba de mi lado. Me acomodé de vuelta, pero esta vez mirándole.

La curiosidad me ganaba.

Observé esos dos lunares en la zona de su boca. Una en la línea del labio superior y el otro en la zona donde el bello facial crecía con facilidad en los hombres. Tenía otro en la mejilla y se veía tan tranquilo descansando, porque estaba casi segura que él no dormía. Y cuando quise cerrar los ojos, porque el sueño me vencía, Hoseok abrió los ojos.

Nos quedamos mirando un buen rato, sin decir nada, simplemente mirando cada rincón de nuestros rostros.

Toxic + jhs ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora