cuatro

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Mayor es el peligro cuanto menor es el conocimiento
Schopenhuauer

Observé las calles de Seúl desde el séptimo piso. Se veía precioso. El cielo tenía un color extraño, entre medio morado y negro, como si una tormenta se desataría pronto. Seguí bebiendo mi bebida mientras de fondo escuchaba las voces de mis primos con mis tíos. Había dado la excusa de que quería llamar a mamá, pero no lo había hecho, me había quedado parada ahí mirando a la nada.

Pude sentir una presencia a mi lado, por lo que giré rápidamente. Hoseok estaba ahí. Él había venido a cenar también. Su cabello aún seguía algo húmedo, y su perfil había cambiado un poco. Tal vez era porque había bajado de peso y ya no estaban más sus cachetes, ahora su mentón estaba más pronunciado y sus pómulos igual.

—¿Cuánto tiempo estarás aquí?

—Un mes— le respondí— me voy a aburrir definitivamente.

—No seas pesimista, la vamos a pasar bien. Kangjoon y yo evitaremos que te aburras.

—Soy una persona aburrida de por sí.

Le dije, era cierto. Era una persona de pocas palabras y apostaba que aburría a la gente. Él hizo una mueca.

—A mí no me aburres.

—Apenas estamos hablando

Él sonrió hacia el frente y el sonido de un relámpago sonó haciendo que miré hacia mi izquierda. —Wow.

Exclamé sorprendida. Podía ver las inmensas luces explotar en el cielo.

—Será una noche muy ruidosa. No te confíes de las tormentas en Seúl, son muy diferentes a las de Busan. Desconecta todo si es que no quieres que se te queme algo.

Asentí.

Hoseok se dio media vuelta y desde la puerta corrediza del balcón se despidió. Pude oír a la tía Haesoo decirle a Hoseok que debería usar la puerta, que algún día se va a matar, pero Hoseok la ignoró y regresó a dónde estaba.

—¿No te ibas?

—Sí.

Entonces le vi acercándose a la baranda. Él vivía al lado, pero al menos había un metro de distancia entra esa baranda y la de su casa. Me cubrí la boca cuando le vi subirse.

—¡Te vas a matar!

—¡Estoy acostumbrado! — dijo él, pero realmente me tenía preocupado. ¡Eran siete pisos! Definitivamente moriría si él se caía, le vi colocar los pies en el suelo después de unos segundos, y se despidió. —Nos vemos mañana, Seulgi.

Este chico estaba loco.

Toxic + jhs ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora