Capítulo 5

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-¿Cómo que Ethan no está?- Pregunte al borde de un colapso mental.

-Se ha ido, no dijo a qué hora volvería- Dijo Gian- Justo estaba por merendar ¿Te apetece un sándwich de crema de maní?- Pregunto dulcemente.

-No Gian...-

-Sé que soy pequeño; pero te sorprenderían las dotes culinarias que poseo-

-¡Gian no podemos comer ahora!- Grite exaltada.

-¿Por qué no? Siempre es buen momento para comer- Contradijo Gian.

-¿Qué son todos esos gritos?- Pregunto Myles que venía bajando las escaleras. Al verme se sorprendió- Edeline ¿Qué haces aquí? ¿Mamá te mando a cuidarnos?-

-¿Sus padres están trabajando?- Pregunte ignorando lo que había dicho.

-Sí, volverán dentro de tres horas ¿Mamá te mando a cuidarnos? Porque de ser así no ha dicho absolutamente nada respecto al tema. Aunque tiene sentido considerando que Ethan se fue dejándonos solos- Dijo Myles.

La deducción rápida de Myles me dio una idea un tanto alocada.

-Si- Afirme- Su mamá me pidió que los cuidara mientras ella no estaba- Dije un tanto insegura pero tratando de disimularlo.

Myles arqueó una ceja.

-¿Para qué son las armas?- Pregunto desconfiado.

-Ehh- Aclare mi garganta- Son para... jugar- Dije soltando lo primero que mi se le ocurrió a mi cerebro.

-¿Para jugar?- Repitió Myles extrañado- ¿De qué va el juego? ¿El primero en perder un órgano vital es descalificado?-

-Claro que no- Dije sudando un poco- La cosa es...

-¿A qué has venido realmente Edeline?- Pregunto Myles.

-Chicos, la verdad es que... Habrá una tormenta horrible ahora, y su mamá me llamo para que viniese a buscarlos y llevarlos a un lugar seguro. Ellos han quedado varados en el tráfico y no llegaran a tiempo a casa- Dije mintiendo.

Odiaba mentir. Siempre intentaba ir con la verdad por más dolorosa que fuese. Una vez estaba practicando con la espada de electro que Jaden me había prestado y en uno de esos movimientos sin querer rompí la hoja de filo de la espada. Lo peor de todo era que esa era su arma favorita. Le dije la verdad a pesar de que sabía que se enojaría conmigo y de hecho así fue, no me dirigió la palabra por una semana. Finalmente le conseguí la que es ahora su nueva espada, la de teletransportación. Dicho sea de paso esa era su nueva arma favorita.

Pero en esta situación, era necesario mentir. Por más de que mi estómago se sintiese extraño por decir falsedades y mis palabras temblaran un poco; tenía que hacerlo. Si no, los Lesson jamás accederían a acompañarme. Es decir ¿Quién seguiría a una adolescente que dice tener que protegerte de una tormenta toxica? Probablemente me habrían encerrado en el primer manicomio barato que encontrasen por Internet o habrían dado aviso a las autoridades. Tenía que manipularlos y traerlos conmigo de la forma que fuese.

-¿Una tormenta?- Pregunto Gian- Odio las tormentas, más si son eléctricas-

-Lo se Gian- Dije dulcemente- Y es por eso que sus padres me han pedido que venga por ustedes. Tengo la obligación de llevarlos a un centro de refugiados-

-Cielos, exageras Edeline- Dijo Myles incrédulo- ¿Qué clase de tormenta es la que se aproxima? En mi App del clima no avisaba nada sobre tormentas el día de hoy-

La Tormenta AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora