Caminamos toda la tarde en busca de algo, las brújulas de Gian seguían apuntando a la misma dirección. Hasta que finalmente llegamos a un hospital completamente destrozado. Se veía como una película de terror y a ninguno le apetecía pasar una noche allí dentro, pero estaríamos más seguros allí encerrados con un espíritu rondando que aquí afuera con los Zadocs y nosotros a su alcance. A regañadientes todos aceptamos pasar la noche allí.
-De seguro está lleno de fantasmas allí dentro- Dijo Gian.
-¿Prefieres orinarte en los pantalones por un fantasma o tener que luchar contra un Zadoc?- Pregunto Ethan.
-Es negociable- Dijo Gian.
-Un fantasma no puede tocarte-
-Pero si puede mover las cosas- Dijo Gian.
-Esos son los demonios- Explicó Myles.
-¿Y cuál es la diferencia? Ambos están enojados y buscan matarte solo porque sí-
-Al igual que los Zadocs- Dije yo- Entren ya por favor.
-Las damas primero- Dijo Ethan con una sonrisa burlona.
-Púdrete Lesson- Dije tomando la delantera.
Tome mi espada de fuego y entré silenciosamente. El olor del lugar era hediondo nauseabundo. Las paredes se estaban viniendo abajo y algunos trozos de techo estaban en el piso. La estructura no era muy estable. Las lámparas estaban destruidas y había agua en el piso, alguna cañería debía estar dañada y por ello el hedor insoportable.
Me acerque a uno de esos letreros que te dicen dónde estabas parado. El edificio tenía 5 pisos en total, la planta cero que era donde estábamos nosotros. Dos pisos arriba y dos subsuelos. El último subsuelo era un estacionamiento. El primer subsuelo el laboratorio. Y las plantas de arriba las habitaciones para las personas que tenían que estar internadas. Nosotros estábamos donde los consultorios médicos. Por lo que si algún profesional había quedado atrapado aquí probablemente se hubiese convertido en un Zadoc, un Zadoc con el que nosotros nos cruzaríamos.
-Huele horrible aquí- Dijo Gian que apareció de repente a mi lado dándome un susto de muerte.
-No vuelvas a hacer eso- Dije tragando mi grito.
-¿Hacer que?-
-Desaparecer y reaparecer así como si nada. Al final terminas siendo tú el fantasma- Dije.
-Tengo hambre- Dijo Ethan.
-Yo también- Se quejó Myles.
-¿En los hospitales no suele haber comedores o algo por el estilo?- Pregunto Gian.
-Si. Pero hace meses que esta esa comida aquí. Además de que no tenemos ni idea de donde está la cocina-
-Dudo que la comida se haya vencido- Dijo Ethan.
Lo miré confundida.
-Vamos ¿Enserio crees que en los hospitales dan comida real? Te apuesto tu espada a que toda la comida que hay aquí es instantánea. Como los purés de bolsa que parecen vomito de bebe. O los sobres de sopa que saben a agua sucia. Esos "alimentos" tienen fecha de vencimiento de aquí a unos años-
-Además de que también hay comida enlatada- Agregó Myles- Como atún o sardinas-
-Odio las sardinas- Dijo Gian.
-Si tienes hambre vas a comerlo- Dijo Ethan.
-Okay- Dije- Buscaremos algo de comer-
Encontrar el comedor fue bastante sencillo. Estaba en el primer piso y por suerte no había muchos Zadocs. Solo nos cruzamos con tres que parecían una lechuza gigante con las clinas de un caballo. Les dispare una flecha a cada uno y quedaron congelados en el piso.
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La Tormenta Azul
Novela Juvenil"Voy a protegerte de todo, aunque tú quieras tirarme de un acantilado." . . . . . Todos los derechos reservados, Prohibida su copia o adaptacion Hermosa portada hecha por: Flor Andreis y Tobias Mateo