Tres días.
Habían pasado tres días desde que Gian no estaba con nosotros.
Myles no le había dado ni la hora a Ethan. Todo el tiempo se alejaba con asco y era indiferente con su hermano mayor, Ethan me había dicho que entendía que su hermano fuese tan frio con él. Después de todo no se superaba algo con tal magnitud de dolor en tres días, quizás le tomara un buen tiempo para que ambos lograran reconstruir su relación de hermanos nuevamente.
Lacey me había comentado que Myles no quería ver ni a Ethan ni a mí. Nos culpaba a ambos de la muerte de Gian, pero yo creo que más se estaba culpando a sí mismo.
Sabía que Myles era fuerte a pesar de su corta edad. Tenía fe en que superaría todo esto y saldría adelante. Pero también tenía que pensar que todo lo que estábamos viviendo era demasiado para que un chico de tan solo catorce años lo asimilara tan de golpe. Necesitaría mucho tiempo para que las heridas cicatrizasen, porque es obvio que jamás sanarían por completo.
Mientras tanto, Myles solo hablaba con Lacey. Ella se había mostrado muy buena con nosotros, de seguro era en agradecimiento porque la habíamos rescatado de morir y en lugar de dejarla abandonada la habíamos traído con nosotros.
Ahora íbamos por una carretera totalmente deshabitada. Casi todo alrededor era bosque, no nos habíamos cruzado con Zadocs en todo un día y eso era bueno, porque nos quedábamos sin provisiones y los hermanos y Lacey comenzaban a quedarse sin fuerza y energía si había que luchar, y si bien yo tenía más resistencia física que ellos; si nos cruzábamos con una horda, no sabría si podría con todos.
Ethan y yo íbamos al frente, a unos metros venían Myles y Lacey en completo silencio.
-Tenemos que conseguir provisiones- Dijo Ethan sacándome de mis pensamientos.
-Tranquilo, ya encontraremos algo- Dije sonriéndole.
El intento sonreír también, pero solo agacho su vista y siguió caminando como si nada. No podía imaginarme jamás todo el dolor que estaba sintiendo dentro suyo.
-¿Cuánto tiempo más crees que podamos soportar?-
-¿Qué?- Pregunte confundida.
-Sobrevivir- Dijo Ethan.
-El necesario para volver a la base-
-¿Tú nunca tienes miedo?- Me pregunto Ethan.
-¿Por qué lo preguntas?-
-Nada... es solo... eres la chica más fuerte que he conocido Edeline, y te admiro por ello. Afrontas todas las situaciones sin importar lo que pueda pasar. Eres tan valiente-
Abrí los ojos de golpe sorprendida por lo que Ethan estaba diciéndome. No era algo que sucediera todos los días.
-Claro que tengo miedo Ethan. Estoy aterrada. Pero no dejo que el miedo me gane. Jamás lo hice y jamás lo hare-
Y eso era cierto, la vez que Seth me desafío a un duelo de espadas estaba consumida por el miedo. Sabía que no tenía posibilidad alguna de ganar contra él y aun así acepte. A pesar de que Jaden odiaba la idea de que me enfrentara a Seth y que probablemente terminaría con las dos piernas rotas. Supere mi miedo y enfrente a Seth, y a pesar de que ese día no gane y termine con unas buenas heridas. Tampoco me deje derrotar tan fácilmente. Di batalla hasta que prácticamente mis piernas ya no respondieron y mi respiración estuvo a punto de colapsar.
-Quizás todos deberíamos aprender algo de ti- Dijo Ethan.
Fue entonces cuando entendí todo. Entendí porque Ethan se mostraba indiferente con todo el mundo, porque guardaba tanto odio y rencor dentro suyo, o al menos lo aparentaba. Ethan tenía miedo. Pero ¿miedo a que?
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La Tormenta Azul
Teen Fiction"Voy a protegerte de todo, aunque tú quieras tirarme de un acantilado." . . . . . Todos los derechos reservados, Prohibida su copia o adaptacion Hermosa portada hecha por: Flor Andreis y Tobias Mateo