Después del bochornoso momento que pasó con Sarah, Yunho tomó un vuelo de regreso a Seúl desde Busán. Le gustaba su trabajo, era una gran oportunidad, pero no estaba dispuesto a ser el juguete de nadie. Mucho menos de una mujer caprichosa que no tenía ni una pizca de delicadeza. Además, por más remota que esta fuera, no quería arriesgar la posibilidad de regresar con BoA. Cerró los ojos moviendo la cabeza negativamente al recordar la desfachatez de Sarah. No era la primera vez que una mujer se le insinuaba; pero si la primera que lo hacía de una manera tan vulgar. Fue una verdadera decepción darse cuenta que ella utilizaba su posición de poder para exigir favores sexuales. Estaba empezando a admirarla.
De regreso en Seúl, tomó un taxi hacia casa de BoA. Era perfectamente consciente de la hora, pero su deseo de verla sobrepasaba por mucho su sentido común. Marcó a su móvil y cruzó los dedos, deseando que ella contestara. Aunque quizás estaría dormida. Sin embargo, contestó.
─Hola, ¿te desperté? ─preguntó sintiéndose un poco avergonzado por llamar a aquella hora.
BoA se tardó unos segundos en contestar.
─En realidad no ─respondió disimulando su asombro.
─Pensé que estarías dormida. ─La voz de Yunho sonó aliviada, estaba feliz de escucharla─. Sé que es domingo, y aun no amanece; pero... tenía demasiadas ganas de verte. ¿Crees que podemos hablar?
Las cejas de BoA se arquearon intrigada.
─Pero, tú estás de viaje, ¿no?
─Lo estaba, acabo de llegar de Busán.
─¿Estás en el aeropuerto?
─En realidad... estoy afuera de tu casa.
─¿Qué...? ─BoA se acomodó en el asiento del taxi─. ¿Hablas en serio? ¿De verdad estás afuera de mi casa?
─Sí, estoy aquí. ─Yunho miró hacia su ventana, pensando que quizás ella estaría observándole desde allí─. Surgió algo y tuve que regresar antes de lo programado.
─Ya veo ─comentó BoA calculando el tiempo que le tomaría llegar. Tardaría alrededor de veinte minutos─. El asunto es que yo... no estoy en casa ahora.
La expresión de Yunho cambió de inmediato, que estuviese fuera a esas horas despertaba sus celos. Además, su auto se hallaba estacionado frente a su casa, lo que significaba que quizás alguien había venido a recogerla.
Acaso, ¿estaría en una cita?
─Entiendo ─dijo procurando ocultar su decepción. Pero BoA se dio cuenta del cambio en su voz, lo conocía demasiado bien─. Vendré otro día ─agregó él─, cuídate.
─No tienes que irte ─respondió antes de que cerrara─, voy en camino. Mientras tanto puedes pasar, llamaré a la niñera para avisarle.
Yunho suspiró aliviado.
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Fantasías Eróticas
RomansaQuisieron llevar a la realidad sus más oscuros deseos; pero... todo se les fue de las manos. ¿Qué sucede cuando el juego del erotismo da paso a las consecuencias y a una realidad con la que no habían contado? Gracias a @lauralaura2005