Una chica "especial" intenta pasar desapercibida durante las vacaciones.
La norma Nº 1 es: Los amigos son sagrados.
Pero si te saltas la norma Nº 1, no se te ocurra saltarte la Nº 2 : Si te enrollas con un tío estando de vacaciones, no te enamores...
Me dio igual, ni siquiera me inmuté, hice como que seguían durmiendo, como si no los hubiera visto. Si Rüdiguer no decía nada y seguía abrazándome sin importarle, yo no iba a ser menos, con lo a gusto que estaba allí y el sueño que tenía. Regodeándome una y otra vez, en el hecho de que la Chiquilla era yo. Hinchando mi orgullo hasta niveles insospechados. Aunque necesitaba que me contara más detalles pero, ya habría tiempo. Así que pasé olímpicamente de ellos y me dormí.
Grave error.
—Eh, pero me parece muy raro que no se hayan cortado un pelo, ¡¿y delante de vosotros?! No me lo acabo de creer.
Me despertó la voz de Javi susurrando, que al parecer estaba sentado en el sitio de LB. Yo, dada la conversación, opté por seguir haciéndome la dormida. Aunque me estaba meando, para no variar.
—Ya, tú lo que pasa es que no me quieres pagar, listo. Si no sabes perder, no apuestes, chaval —contestaba Ferguson, también susurrando para no despertarnos.
—Eh, perdona, pagaré cuando lo vea. De momento solo tengo una historia que tú me has contado y que no me acaba de cuadrar —argumentaba Javi.
— ¡Pero, míralos, cómo se agarran! —insistía Ferguson.
—Eso no me vale.
— ¿Tú qué quieres ver? Ya te he dicho que, como creían que estábamos durmiendo, se han agarrado así y se han dado un morreo, tío. ¿Es que no te vas a conformar hasta que nos los pilles echando un polvo? ¿O qué?
¿Acaso se habían apostado algo a nuestra costa? Aquello ya era el colmo. Menudo cabreo me estaba entrando. Y desde luego, qué desagradable me resultaba que Ferguson se refiriera a mí, bueno, a nosotros, con aquellas palabras: morreo y polvo. Le quitaba muchos puntos, casi todos, diría yo. Hacía que me sintiera como una puta por abrazar al chico que me gustaba.
—No. Me conformo con verlos cogidos de la mano, pero ¡despiertos! —dijo Javi.
—Ya los verás. Revisa bien lo que hay en esa cámara y hablamos, pero luego no me hagas trampa diciendo que no vale, que lo viste fuera de plazo. Quedamos en que se enrollarían en este viaje y está claro que se han enrollado.
¿Nos había grabado enrollándonos? ¿Cuándo? La única ocasión que se me ocurría fue en la puerta de la estación. Cuando los vimos asomarse. No sabía desde cuando estaban allí y posiblemente nos vieran darnos aquel beso. Y, no conformes con eso, nos grabaron. ¿Por qué? Porque tenían la cámara de Javi. ¿Y por qué la tenían? Porque se les acababa el tiempo e iban a la caza y captura de alguna prueba que les hiciera ganar la apuesta. Y nosotros, acarameladitos perdidos, bajamos la guardia y ¡Zas! ¡Grabación al canto!
Qué cabrón. Ten amigos para esto.
¡Joder! Tenía que borrar esas imágenes cómo fuera.
—Además, has hecho trampa —seguía defendiéndose Javi—. Has metido baza y quedamos en que lo harían por su propia voluntad, sin forzar.
— ¡Sí hombre! Yo no he metido baza. ¿Cuándo? —protestaba Ferguson.
— ¿Cuándo? En la siesta. ¿O acaso te creías que estaba durmiendo y no te escuché decirle: "Está enamorado de ti hasta las trancas"? —Imitando el tono cursilero del Frigui cuando se ponía en ese plan.
Rezaba para que Rüdiguer no estuviera despierto escuchándolo, porque entonces al Frigui se le iba a caer el pelo, según sus propias palabras.
Entonces me llegó la fragancia fresca de LB, que parecía que acababa de entrar en el vagón y ellos se callaron. Elena venía con ella, podía notar su olor a cremas y cosméticos, parecía que venían de pintarse un poco. Como si las viera.
— ¿Aún están durmiendo los amantes de Teruel? —dijo, la muy graciosa, con sus aires de superioridad, sin susurrar ni nada.
—Tonta ella y tonto él —remató la frase el Frigui, a carcajada limpia.
Los demás también se echaron a reír sonoramente, mientras Javi le cedía su asiento, volviendo a su sitio, junto a Elena, al otro lado del pasillo, para poder hablar con ellos mejor.
— Joder, con la de sitio que hay en el puto tren y tenéis que venir aquí a contaros los chistes —protesté, fingiendo despertarme entonces. Levantándome para ir al baño, frotándome los ojos para evitar mirarlos directamente y que no me diera vergüenza.
—Al final tendré que lavarte la boca con jabón —me gritó Ferguson, riéndose todavía.
Le enseñé mi dedo corazón extendido, sin mirarlo siquiera, camino del baño.
Por suerte llegamos a Sagunto y con el cambio de andén ya no dijeron nada más al respecto. Lo cual me aliviaba bastante porque no tenía preparadas respuestas para sus preguntas. Antes tendría que hablarlo con Rüdiguer para ver si les hacíamos un poco más la puñeta o lo dejábamos ya. Porque, reconozco que a veces me era muy difícil tenerlo cerca y controlarme. Cada vez más.
Si estás leyendo esto fuera de wattpad, y no se titula Ojalá fuera un Ángel, o la autora no es Bruja Reina, que sepas que estás leyendo un plagio. Por favor, denúncialo.
Si lo estás leyendo en wattpad, donde yo lo publiqué, lamento decirte que a partir de aquí los capítulos están censurados para evitar plagios. Han estado expuestos libremente durante más de un año. Si todavía quieres seguir leyéndolo, puedes visitar https://5eecdadef2407.site123.me/ Muchas gracias por tu interés y tu comprensión.
Nos leemos pronto!
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