En cuanto entro observo la herida de Chloe en el pie y sé que es causada por esos zapatos tan altos que debe usar a veces y que destroza su pie de una forma inhumana.
-Joder me está matando el dolor. Odio estos zapatos de verdad lo digo. Qué asco- se queja con razón. Por que la entiendo. Es realmente una mierda.
-Los míos ya duelen y eso que al menos tienen plataforma. No sé como aguantas con eso, yo me muero- hago una mueca porque solo de pensarlo ya duelen mis pies.
-Créeme que no es fácil. Ahora me pondré crema porque dudo que mañana pueda aguantar si no- suelta un quejido de dolor tras la frase.
Del lavabo sale Roxy con la cara lavada y sin una pizca de maquillaje. Adoro sus pecas, le dan un aire inocente, y ese es el motivo por el cual Julián hace que se las tape. Según sus palabras tiene que ser sexy y no adorable. Lo sensual es lo importante aquí.
-¿Cómo te ha ido con le nuevo cliente? ¿Es tan guapo como dicen? -Roxy agarra su pelo pelirrojo en una coleta alta que finalmente acaba siendo un moño.
-Es guapo y joven, así que por lo menos fingir no se hace tan difícil.
-Pues menuda suerte porque a mi me toca alguien no muy agradable a la vista- algunas veces hay suerte y otras no tanta, y parece ser que esta vez le ha tocado a Roxy la mala suerte.
-Peor que el mío no es, que se piensa que soy un objeto y que no hablo. Que rabia me da eso. Tengo puntos de vista y me gusta mencionarlos- Chloe deja claro un punto que odia siempre en todos los clientes que no le dejan expresarse tal cual es.
Las tres nos sentamos en el sofá que Julián compró para nosotras y por fin me quito los zapatos para poder masajear la planta de los pies. Siento una molestia continua que solo se alivia cuando los pongo en remojo durante un par de minutos en agua caliente.
-Tengo que reconocer que es atractivo, pero no es mi tipo y mucho menos tengo tiempo para engancharme a alguien- y aunque lo hiciera no sería de él, me gustaría aclarar.
-Eso es lo último que debes hacer. Sabes las normas- menciona Roxy que como siempre me está protegiendo.
-Algunas veces me pregunto cuando se terminará esto. Cuando podré conocer a alguien siendo realmente yo y enamorarme- reflexiono en voz alta.
-No sé cuándo será, pero a mí a este paso se me va a pasar el arroz- rueda los ojos Roxy, cansada de esta situación.
Es la primera que llegó aquí de las tres, hace ya un par de años. No sé cómo ha aguantado tanto cuando unos simples meses para mi han sido más que suficientes. Que fuerza de voluntad.
-Tampoco eres tan vieja, que exagerada, ni que tuvieras veinticinco años- Chloe da el toque de humor necesario para que la situación no se haga más difícil.
-Bueno tú ya mismo estarás en mi edad también querida, no te sientas tan jovenzuela- se ríe de ella Roxy.
-Uf que sufrimiento, no quiero ser tan yaya como tú, con razón tienes tantas arrugas y canas- le pica un poco más, pero sabiendo siempre que nada de lo que dice es en serio. No tiene ni una sola cana , y mucho menos arrugas.
-Aquí la joven soy yo y las dos sois ancianas- digo mientras un cojín impacta contra mi cara y me río sin poder evitarlo.
-Tú eres un bebé que no es lo mismo.
-He tenido que fingir que tengo veintidós años una vez más- no me gusta hacerlo, y ellas lo saben a la perfección.
-Es que los aparentas, no hay quien se crea que tienes dieciocho. ¿Y la edad del chico cuál es? - el chafarderismo de Chloe supera barreras.
ESTÁS LEYENDO
SEXYS DIAMANTES { #1 Triología Diamantes }
Teen FictionMía, Chloe y Roxy son tres de las chicas más bonitas nunca antes vistas. Mía es rubia, baja, de ojos color miel. A sus dieciocho años de edad ya ha vivido mucho más de lo que realmente le gustaría. Cuando su padre empieza a padecer de una enfermedad...