Observo a todos a mi alrededor. Finalmente, la denuncia ha sido puesta y el juicio está por suceder en apenas unos minutos. No puedo creérmelo, me es imposible de creer que toda esta gente vaya a testificar a mi favor mientras que él simplemente tiene un chico que parece ser su amigo al que nunca antes había visto en mi vida.
No me siento insegura, no tengo miedo, y es todo gracias a ellos. Me da tanta fuerza observarlos, ver como los ojos de todos están puestos en mí para darme la energía suficiente para enfrentar esto, para recordar una vez más con pelos y señales lo que sucedió esa noche.
Una noche que quiero olvidar, que voy a dejar atrás después de esto, porque voy a encargarme de que este gilipollas no pueda volver acercarse a una mujer en muchísimo tiempo. Es un peligro para la sociedad.
-El juicio contra Matías Straffinyer empieza en este momento, se abre la sesión-informa una señora de mediana edad que será la jueza en mi caso.
-Buenas tardes señoría, mi cliente afirma haber tocado a la chica, pero siempre con el consentimiento de ella.
-Protesto- dice mi abogado- mi cliente asegura haberse negado repetidas veces al tocamiento inapropiado por parte del acusado.
La jueza asiente con la cabeza mientras apunta algunas cosas en una libreta negra que tiene frente a ella. Esa libreta será mi sentencia, bueno o mala, porque si es buena para él sentiré mi corazón romperse, dejaré de creer en la justicia. Un no, es un no.
-Me gustaría hablar con la señorita, quiero saber que sucedió exactamente ese día.
Me levanto en cuanto mi abogado me mira y me preparo para repetirlo todo en mi cabeza. Para revivirlo una última vez. Es doloroso, pero debo hacerlo, así que después de mirar a mis padres y ver sus pequeñas sonrisas, me dispongo hablar.
-Buenas tares señoría, he denunciado a Matías porque me tocó sin mi permiso, porque no entendió un no como respuesta y porque definitivamente no deseo que nadie pase por esto.
>>Todo empezó cuando mi novio se fue a la universidad, me quedé en su casa y alguien llamó a la puerta, era Matías. En un principio pensé que vendría a insultarme, o a discutir como ya hemos hecho en otras ocasiones, pero no fue así, empezó acorralarme, me sentía pequeña, y entonces me dijo que sería suyo que el me haría sentir como su hermano no lo hizo.
Cojo aire porque siento como las lágrimas están empezando acumularse en mis ojos. Recordarlo todo con todos los detalles es doloroso, porque lo recuerdo a la perfección: le dije no, una y otra vez.
- ¿En qué momento dijo usted no? - pregunta el abogado de Matías, que se pasea de un lado al otro por delante de la mesa.
-En todo momento, le dejé claro que no quería que me tocara.
- ¿Admite que mi cliente y usted tenían una relación amorosa en ese momento?
Frunzo el ceño y miro a Derek, quien mira a su hermano con toda la rabia que puede. Sé por donde van los tiros, sé que quiere hacer, pero no pienso dejar que me menosprecie ni que gire la tortilla. La cosa está en que dije no, y en ese momento no era mi pareja, pero, aunque o fuese si digo no, es no. Para todo el mundo.
-No, terminé con él antes de eso. Matías y yo no éramos absolutamente nada.
-¿Entonces no quería que la tocara aunque según usted días antes él era el chico de sus sueños?
-Protesto- dice mi abogado levantándose- está induciendo a mi cliente.
-Se acepta- nos apoya la jueza.
Matías se ve quieto, tranquilo, como si realmente nada de esto le diera miedo. Supongo que es tan egocéntrico que ni siquiera en situaciones así quiere admitir que ha cometido un tremendo y horrendo error. Me da asco, mucho asco, a la vez que pena y lástima. Porque es un ser asqueroso.
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SEXYS DIAMANTES { #1 Triología Diamantes }
Teen FictionMía, Chloe y Roxy son tres de las chicas más bonitas nunca antes vistas. Mía es rubia, baja, de ojos color miel. A sus dieciocho años de edad ya ha vivido mucho más de lo que realmente le gustaría. Cuando su padre empieza a padecer de una enfermedad...