Levanto la cabeza en cuanto la puerta se abre y me pongo de pie dispuesta a enfrentarlo una vez más. No puedo creerme que lo nuestro se haya acabado así sin más. Tan fácilmente.
Aunque sé que no debo hacerlo, quiero besarlo, así sea la última vez en mi vida, lo necesito. No puedo irme con le sabor amargo de los labios de Matías cuando puedo tener el sabor dulce del amor de mi vida.
Porque, aunque él rehaga su vida, se enamore de nuevo, tenga hijos, y todo, yo siempre lo recordaré como el amor de mi vida. Ha sido la persona que me he hecho experimentar las mariposas en le estómago, los nervios, los pelos de punto, las risas nerviosas, las sonrisas tontas. Todo lo he experimentado con él.
- ¿Qué haces aquí? - pregunta con los ojos enrojecidos, la voz ronca y el pelo despeinado.
Claramente ha estado llorando y eso parte mi corazón. No hay nada en este mundo que duela más que hacerle daño, pero estoy tan rota en pedazos que, aunque lo intente, cuando una persona se acerca a mí y intenta reponer cada uno de mis pedazos, se corta como si fuera un cristal.
-Solo quería despedirme antes de irme- digo con la voz rota de la misma forma que él.
se cruza de brazos y creo que es su forma de defenderse, pero no tiene nada de que preocuparse, este cristal roto va a desaparecer de su vida tan rápido como vino.
-De acuerdo.
Me acerco despacio y pongo una mano en su brazo, veo como su bello se pone de punta y sonrío con nostalgia. Tengo la misma reacción en él que cuando es al revés, que es él quien me toca a mí.
-Gracias por dejarme amarte Derek- digo sonriendo esta vez por primera vez en muchas horas de verdad.
-Gracias a ti por enseñarme amar.
Muerdo mi labio y acaricio su mejilla viendo como cierra los ojos ante mi tacto y apoya la cabeza en mi mano. Es tan dulce, tan bonito, tan cariñoso, tan increíble que romperlo no estaba en mis planes, no quería hacerle daño por nada del mundo.
-Adiós Derek.
-Adiós Mía.
Cojo la maleta y camino hacia la puerta. Cuando llego allí me giro para mirarlo y veo que las lágrimas salen de sus mejillas con tanta fuerza. Le sonrío dándole fuerzas, aunque por dentro esté muriendo de dolor. Necesito saber que va a ser feliz.
Sin poder evitarlo corro hacia él y lo beso una última vez. Sollozo en mitad del beso, pero no lo corto porque lo necesito y por lo que veo él también lo necesitaba. Cuando me separo, cojo aire, lo suelto y acaricio su rostro con amor por última vez.
-Sé feliz amor- digo tocando sus labios.
Solloza, pero no dice nada más antes de dejarme salir de allí, no solo de su apartamento, si no también de su vida. He puesto fin a esto, era lo adecuado.
Estará mejor sin mí, con el tiempo me olvidará y solo seré un recuerdo doloroso que aparcará.
Adiós Derek, te amo con todo mi corazón, y nada en el mundo me hubiera hecho más ilusión que ser la mujer de tu vida. Pero lo seré en mis sueños por el resto de mi vida.
***
Lloro en los brazos de Chloe al decirle todo lo que ha pasado, todo menos la violación. Eso no puedo decirlo, me duele y no quiero hacerlo. Quiero guardarlo para mí. No quiero que nadie lo sepa, me da vergüenza.
-Duele, pero es lo mejor para él.
-Ya está pequeña, si tiene que ser será.
-No será porque lo he dejado ir- digo recordando sus ojos azules llenos de lágrimas.
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SEXYS DIAMANTES { #1 Triología Diamantes }
Roman pour AdolescentsMía, Chloe y Roxy son tres de las chicas más bonitas nunca antes vistas. Mía es rubia, baja, de ojos color miel. A sus dieciocho años de edad ya ha vivido mucho más de lo que realmente le gustaría. Cuando su padre empieza a padecer de una enfermedad...