45: "Feliz cumpleaños"

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Tres meses, los tres meses más difíciles de mi vida. O quizás no, ha llegado un punto en que no sé que pensar, no sé cuándo saldré de aquí, cuando volveré a ver a mis amigos, a mi familia, a Derek.

De verdad que necesito ponerme bien. Aunque sabía que iba a ser un camino largo y difícil, no esperaba que tanto. No era consciente del verdadero problema que tenía con la comida. Pero si sigo aquí, es porque no he dicho ni una sola palabra sobre el motivo por el que dejé de comer.

El psicólogo lo intenta una y otra vez, pero no digo nada, es algo que guardo muy bien guardado en mi interior. Algo que me mata y que duele de una forma increíble. Pero a diferencia de hace tres meses, ahora tengo fuerzas, muchas, todas las que había perdido las he recuperado. Me siento mejor conmigo misma, no del todo, pero poco a poco voy lográndolo.

Mi peso ha vuelto a ser el de antes y aunque hay veces que me miro y me siento mal, sé que estoy haciendo lo correcto cuando cierro los ojos, pienso en las personas que amo y vuelvo a mirarme, pero esa vez para sonreírme.

Porque esta soy yo, alguien valiente, que, aunque he tenido que pasar por mucha mierda, aquí sigo. Y sé a la perfección que esto es horrible, que no soy la única pasándolo mal. Pero se acabó el odiarme, poco a poco me haré mucho mas fuerte y saldré de aquí amándome como lo hacía antes.

-No comprendo como con esa cara te dejaban entrar a los sitios- dice Sandra mirando a Mateo, quién rueda los ojos.

-Soy precioso, me amas, me quieres, quieres tener hijos conmigo, pero no se puede porque esa tarea la voy hacer con Mía.

Esta vez la que rueda los ojos soy yo mientras me río. Es simplemente adorable. Tres meses dan para mucho, muchísimo. Para hacer que personas que en la vida te habrías cruzado, pasen a ser de las más importantes en tu vida.

Cris, Mateo, Sandra y Mateo son esas personas. Y aunque Lola ya haya dejado la clínica, siempre la voy a tener conmigo, me siento orgullosa de todos ellos. Han luchado como nadie, están superando una enfermedad que mucha gente no comprendo. Pero para mi es muy simple: la mente puede lograr cualquier cosa.

Y esta vez hace que la comida sea tu enemigo. Así de sencillo.

-Por cierto- grita Cris entrando por la puerta- Feliz cumpleaños Mía.

Sonrío de oreja a oreja porque no han parado de felicitarme en toda la mañana, son unos amigos muy buenos. Que contenta estoy de haberlos encontrado, aunque sea en un lugar así.

-Se lo has dicho veinte veces- bufa Mateo- pero bueno, felicidades preciosa- guiña su ojo derecho.

Me río y los miro a los tres sentados frente a mí y no puedo evitar pensar en mis Diamantes. No sé si se acordaran de mí, si pensaran en mí, ni siquiera sé si van a estar allí cuando salga, pero si la respuesta es no, mi corazón estará devastado.

¿Y cómo estará mi padre? ¿Estará bien? ¿Me echará de menos? Lo único que sé es que mi madre lo estará cuidando como el primer día. Se aman, y tengo millones de ganas de verlos. Abrazarlos, estar con ellos, ir al cine, comer esas increíbles pizzas que hacía mi padre todos los viernes por la noche con tal de chantajearme para que no saliera de fiesta. Todo eso y mucho más.

Y en Derek prefiero no pensar mucho. Es algo doloroso, y aunque sigo manteniendo la foto junto a mí, la he guardado en la maleta porque no soporto pensar en él. Mi corazón siente que me está esperando, pero mi cabeza no puede evitar pensar en otra cosa. Él con otra chica. Alguien completamente diferente a mí.

-Te atraerán pastel seguro- dice Sandra acariciando el pelo de Cris- pero sintiéndolo mucho no quiero ni un trocito.

Niego con la cabeza porque obviamente no creo que me traigan un pastel cuando tenemos problemas alimenticios. Sería un poco raro. Pero bueno, nunca se sabe, son ellos los que llevan aquí mucho tiempo, yo no tengo ni idea.

SEXYS DIAMANTES { #1 Triología Diamantes }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora