PASIÓN TEKILA 43

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Capítulo 43.

Victoriano al no verla en su habitación la llamo por celular pero no obtuvo respuesta de ella, la busco por toda la casa y no la encontró, al ver a Jacinta le preguntó por ella, al decirle que la había visto salir de la hacienda sin decirle a nadie le dio un horrible presentimiento, Inés últimamente le decía a dónde salía...
No sabía por que pero ya sabía dónde la podía encontrar y eso le causó un miedo terrible, se fue lo más rápido que pudo. Al llegar al lugar encontró la puerta abierta y un verdadero desastre, había sangre por todos lados...

V: ¡Inés!, ¿dónde estas?. La encontró en el rincón del cuarto de Loreto a lado de la cama con la ropa desgarrada, llena de sangre y con una pistola en la mano, estaba en shock. Ella lo volteó a ver y con tartamudez logró decir: "Tuve que hacerlo, no me dejo alternativa". El asustado no comprendió lo que le decía, pensó que la sangre era de ella, Inés apuntó hacia la otra parte del cuarto y ahí estaba el cuerpo de Loreto. Victoriano la tomo entre sus brazos, la llevó al hospital y le hablo a un amigo de él para que se encargará de todo lo que había pasado. Ella estaba mal, de su boca no había salido ni una palabra más sobre lo que sucedido.

V: Doctor, ¿cómo sigue?

Dr: Tiene muchas heridas, un golpe en la cabeza y un esguince en la rodilla, afortunadamente todo eso ya está bajo control, estará bien pero eso no es realmente lo que me preocupa, en estos momentos está la psicóloga con ella, necesito saber que fue lo que pasó.

V: Yo llegue y la encontré en el rincón asustada. Le contó cómo había pasado todo después de que él había llegado. ¿Él la?...

Dr: No, pero si trato... lo más probable es que ella se haya defendido y debido a eso le disparo, obviamente hubo una lucha antes. Necesito que se quede unos días en lo que se recupera.

V: No hay problema Doctor y le agradezco su discreción.

Victoriano le avisa a Emiliano y a sus hijas sobre lo sucedido con Inés. Todos se dejaron venir al hospital entre ellos Alejandro, su hijo.

E: ¿Puedo pasar a ver a mi mamá Doctor?.

Dr: Si, pero por el momento está sedada...

E: No importa, necesito verla.

Dia: Yo también quiero ver a mi Nana...

Cass: Si yo también...

Dr: Pueden pasar a verla pero solo una persona a la vez.

Ale: Si no hay problema también me gustaría pasar a verla...

V: No hay problema muchacho, claro que si.

Ale: Gracias Señor. Alejandro pasó a verla al final y al verla dormida en esa camilla se le rompió el corazón. No sé que me pasa con usted pero siento unas ganas inmensas de abrazarla cada vez que la veo, desde que la vi por primera vez sentí como si la conociera de toda la vida, me duele tanto verla así, jamás pensé que mi padrino Loreto fuera capaz de hacerle algo así, le juro que voy a hacer que pague esto que le hizo, usted es la mujer más fuerte que he conocido en mi vida, me duele tanto verla así. Se acerca a ella y le da un beso en la frente. La quiero como si fuera mi madre.

I: ¿Hijo, eres tú?

Ale: No, soy Alejandro.

I: Hijo por favor resiste. Agonizaba. Loreto por favor ya no me golpees más, mi bebé, mi bebé...
Se comenzaba a alterar así que llamo a la enfermera.

I: Dime ¿dónde está mi hijo Loreto?, ¿dime dónde está?, ¿dónde está mi bebé?, ¿cómo se llama?, ¿qué hiciste con él?, ¿por qué me dijiste que estaba muerto?. Entra la enfermera y le pone un sedante. Lo que había dicho Inés lo había dejado muy pensativo. ¿A qué hijo se refería?.

J: ¿Cómo que Inés está en el hospital?

E: Si Jerónimo, mi papá... la golpeó.

J: Pero ¿por qué fue a verlo si ya sabía lo que podía pasar?

E: Al parecer salió de la hacienda sin decirle a nadie.

J: Me siento culpable.

E: Tranquilo, no fue tu culpa.

J: En un momento salgo para allá.

D: No puedo creer lo que acabo de escuchar... así que Loreto mando al hospital a Inesita.

J: Si señora.

D: ¿Está grave?

J: Al parecer ya se encuentra bien, gracias a Dios.

D: ¿Está mi esposo allá en el hospital?

J: Si señora, ¿quiere que la lleve?

D: No, por mi hubiera sido mejor que la matará.

J: Pues no, ella está bien y pronto volverá aquí a alegrarnos los días.

D: Ya lárgate estúpido. Jerónimo se va y ella sube las escaleras para irse a su habitación, tenía que encargarse del verdadero padre de su hijo, ese idiota la estaba chantajeando con decir la verdad si no le daba más dinero, así que saca su celular para hacer una llamada mientras subía las escaleras, subió mal un escalón y eso causó que tuviera una caída horrible. ¡Ayuda!, ¡ayudenme!. Tocan la puerta de la casa.
¡AYUDA!. Osvaldo era el que estaba tocando así que abrió la puerta y corrió a darle auxilio a Deborah.

D: Llévame con mi Doctor. Él la carga y se van en su camioneta. Al llegar al consultorio nadie le dijo nada solo sabía que seguramente era algo grave ya que ella estaba embarazada y la caída que había tenido fue muy fuerte. Horas después el Doctor le dice a Deborah que desafortunadamente no se pudo hacer nada por salvar al bebé.

D: No puede ser, no puede ser. Se toma la panza. Lo único que me faltaba, perder a este bebé.

O: ¿Puedo pasar?

Dr: Adelante.

D: Gracias por traerme.

O: ¿Cómo te encuentras?

D: Bien, ya estoy mejor, tuve unos dolores horribles pero ya está todo en orden.

O: Le marque a tu marido pero...

D: ¿!Le marcaste!?

O: Si pero no me contestó, me mando directo a buzón.

D: Te mando a buzón por que está en el hospital cuidando de Inés.

O: ¿¡Qué le pasó a Inés!?

D: Ve y averígualo por ti mismo, yo estaré bien.

O: Está bien.

Suena el celular de Victoriano y contesta la llamada.
- Patrón, Loreto ya no está.

V: ¿Qué diablos dices?.

- No sé, solo fui al baño y cuando regrese ya no estaba, al parecer no estaba muerto.

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