Capítulo 6La noche los encontró, estaban acostados en el césped acariciándose, besándose.
V: Tengo ganas de ti.
I: Pero ya es muy tarde y ni siquiera haz llegado a la hacienda.
V: No te preocupes por eso mi morenita, no te preocupes por nada, mi amor.
Esa voz, ese tono tan grueso, tan dominante, tan fuerte, tan masculino..¿cómo negarse?
I: Victoriano yo...
V: Tú nada... tu vas a ser mi mujer.
I: ¿Porqué estas tan seguro?
V:Por que me amas, podrás decir lo que quieras, jurarlo incluso, pero no te creeré.
I: ¿Por qué te casaste con Deborah?, Si juras amarme tanto.
V: ¿Porqué que te fuiste con Loreto y me abandonaste sin darme ninguna explicación?, al igual que tú yo también tengo muchas dudas.
I: Victoriano si tu supieras...
V: ¿Si yo supiera que Inés, qué? dime...
I: No te puedo decir, no aún y quizás nunca te diré.
V: Esta bien, respetaré tu decisión, sólo está vez pero si me das un beso.
Sabía que tarde o temprano le diría pero insistir en ese momento arruinaría todo.I: - Con lágrimas en los ojos.
Esta bien. Sonríe. Se acerca a él y le da un pequeño beso en la comisura de los labios.V: Eso no es un beso... te voy a enseñar que es un beso. La toma de la cabeza y la besa pasionalmente, moviéndo su cabeza de un lado a otro, parecía la iba a devorar.
I: Alto, alto. Agitada.
V: - Lanza una carcajada.
I: No causó gracia... ¡no me dejabas respirar!
V: Si causó. Divertido.
Inés se acerca a él nuevamente y hace como que lo va a besar y le muerde el labio inferior.
V: Ahh, ¡Tú me vives mordiendo mujer!
I: - Riéndose. Tú empezaste.
Entre juegos y risas los besos subían de nivel cada vez más..
Victoriano dio la iniciativa y empezó a darle pequeños masajes en el pecho derecho a por encima de la blusa.
I: Espera, aquí no Victoriano.
V: ¿Por qué no mmm?. El seguía masajeando sus pechos.
I: ¡Por que nos podrían ver!
V: No hay nadie mi amor..
I: No no no. Se levanta.
V: - Rápido la agarra de la cintura.
¿A dónde vas?I: A la casa. Empujándolo.
V: Ni me empujes inesita por que eso soló me excita más. Riéndose.
I: ¡No te hagas el gracioso! anda ya sueltame.
V: ¡Ven para acá!
La besa, ella sólo se quedó quieta, no correspondía al beso, en eso Victoriano empezó a manosearla sin soltarla, con una mano le agarró una nalga.
I: ¿Qué te pasa?, Sabes que no me gusta esas cosas.
V: Admite que te encanta, siempre te las eh tocado. Divertido.
