Capítulo 40
I: ¿Te puedo preguntar algo?. Entrando a su habitación abrazada por Victoriano.
V: Si, que cosa..
I: ¿Qué serías capaz de hacer por el amor de tu vida?
V: Por ti sería capaz de todo. La toma de las mejillas con ambas manos y le dio un pequeño beso en los labios. Tu le das amor a mi vida Inés, descansa. Le besa la frente y abre la puerta para irse.
I: Espera... no te vayas, no me dejes.
V: Acaso me estas pidiendo que pase la noche contigo?
I: Si, necesito sentir que me amas. Acaricia su mejilla.
V: Inés, mi amor... eres mi único y verdadero amor.
I: Entonces por qué me hieres tanto?
V: Amor mío perdóname si te he lastimado, soy un idiota.
I: Si, si lo eres, pero te amo.
V: Y por qué no aceptas lo que te propuse hace tiempo?, mira...
cuando Deborah tenga a mi hijo me voy a divorciar de ella, ten por seguro que a mi hijo no le faltara nada pero yo no puedo seguir casado con ella y amándote a ti no se me hace justo para nadie, por favor acepta lo que te estoy proponiendo de nuevo, me quiero casar contigo, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado amanecer siempre contigo, que nada nos separe por que yo sé que juntos vamos a ser felices mi morenita, muy felices.I: Victoriano yo no sé si pueda estar a tu lado mientras a tu hijo le hace falta su padre...
V: No mi amor, a mi hijo no le va a hacer falta absolutamente nada voy a estar al pendiente de él siempre.
I: No lo sé Victoriano, ¿Crees que yo podría construir mi felicidad sobre la tristeza de alguien más?
V: ¿Cuál tristeza?, ya te dije que a mi hijo no le faltará nada, mucho menos amor... y sobre Deborah, tú bien sabes que las cosas entre ella y yo no van bien, nunca han estado bien porque yo te amo a ti, jamás he podido sacarte de mi corazón, de mi cabeza, fue un estúpido al casarme con ella estando enamorado de ti.
I: No puedo darte una respuesta ahorita no estoy en condición de tomar una decisión tan importante ahorita.
V: Esta bien morenita, cambiando de tema... quería avisarte que no vas a volver a salir con Osvaldo Sandoval, siempre que sales con él regresas tomada y muy tarde.
I: ¿Es en serio lo que me estás diciendo?. Se empezaba a molestar.
V: Por supuesto que sí, ¿acaso ves que estoy bromeando?
I: En serio que eres impresionante, es sorprendente como echas a perder todo en un abrir y cerrar de ojos.
V: ¿Qué diablos estás diciendo mujer?,
si te estoy diciendo esto es por tu bien.I: No no, esto no es por mi bien, lo que tú quieres es privarme el salir con mis amigos quieres tenerme sólo para ti porque eres un macho celoso, quieres tener esposa y amante, pero estás muy equivocado, yo no soy tu juguete. Se alejo de él.
V: En serio que contigo no se puede, siempre cambias todo lo que digo, cambias mis intenciones y las conviertes en todo lo contrario, pero sí, estoy de acuerdo contigo, para qué te voy a mentir.... ¡si te quiero sólo para mí!, solamente para mí, no quiero que nadie más te mire, te bese, te toque o simplemente que esté cerca de ti, no lo soporto de sólo imaginarlo me hierve la sangre porque tú eres mía, yo debo de ser el único hombre en tu vida y no quiero tener esposa y amante a la vez, bueno sí... quiero que tú seas mi esposa, mi amante. En cuestión de segundos la tomo de la cintura y chocó sus labios contra los de ella dándole un apasionado beso, todo fue tan rápido que no le dio tiempo de resistirse simplemente correspondió con la misma pasión que la de su amor. Victoriano bajo sus manos hacia las nalgas de Inés y las apretó sacándole un gemido. Hace tanto tiempo que no habían estado juntos y no porque no quisieran sino porque no debían, después de el momento tan horrible que pasó a causa de la maldad de Loreto ambos no habían vuelto a estar juntos. Victoriano sabía que lo que había pasado Inés no era cualquier cosa, fue algo terrible que la hizo recordar muchas cosas de su pasado tan amargo, él se dedicó a apoyarla para que poco a poco superar a todo lo que le había hecho ese desgraciado.