PASIÓN TEKILA 42

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Capítulo 42.

Tengo que escapar de aquí antes de que sea muy tarde y Deborah le haga algo a Victoriano, estoy segura de que Loreto no me dirá donde esta mi hijo a menos de que me vaya con él, pero ¿como puedo hacer para poder salir de aquí sin que se de cuenta?, la última vez que intente huir todo salió muy mal, si no hubiera sido por Victoriano él abría abusado de mí. Fui una estúpida al venir sabiendo lo desgraciado que es. — ¡No iré contigo a ninguna parte!, jamás.

L: Entonces ¿no te importa saber donde esta tú hijo?

I: Sabes muy bien que si pero de que me va a servir el que tú me digas quien es si ni siquiera sabré si dices la verdad. Necesito saber su nombre, quien es, dónde esta o si alguna vez lo he tenido cerca de mi.

L: Claro que lo haz tenido cerca de ti.

I: ¿Cuando?, ¿Dónde?, ¿Él lo sabe?

L: Lo único que él sabe es que tú lo abandonaste por que no lo querías, por que era un estorbo.

I: Eso significa que lo sigues viendo.

L: Ven, iremos a un lugar más acojedor.

I: Te imploró, dímelo.

L: Sí, aun lo sigo viendo.

I: Hablamé de él, quiero saber como es... jamás pensé que fueras capaz de hacerme esto.

L: Yo te puedo decir como es, si esta casado o si ya formó una familia y muchas cosas más.

l: Pues dime por favor

L: Pero todo tiene su precio, nada es gratis en esta vida.

l: Sabes que yo no tengo dinero pero te prometo dartelo, yo se que Victoriano me lo dará, sólo hablamé de él, de mi pequeño bebé. Llorando.

L: Si seras estúpida, dinero no quiero, de eso ya tengo un montón, te quiero a ti. Incluso estoy dispuesto a dejarte ir pero necesitó tenerte tan siquiera una vez pero a la buena, ¿qué opinas?, te digo toda la verdad y te dejare ser feliz, ya no me meteré más en tu vida, solo tienes que ser una una vez, es una buena oferta si lo piensas bien. Mentiras eran solo las que salían de su boca.

I: ¿Y si no acepto?

L: Te haré mía a mi manera y nos iremos muy lejos donde nadie nos pueda encontrar.

I: No confió en ti.

L: Tienes que hacerlo, no te queda de otra. Saca una pistola y la apunta. Quítate la ropa. Se acerca a ella, la toma de la cabeza y lame sus labios. Inés sabía que resistirse podría costarle la vida, pero aun así prefería la muerte, sin embargo decidió no resistir, se mantuvo quieta mientras Loreto la besaba, sus besos, sus caricias, todo de él le provocaba asco y pavor. Sabes deliciosa Inesita. Introduce su lengua adentro de su boca, paro de besarla y llevo la pistola hacia su boca. Abrela más. Introduce la punta de la pistola en su boca. Si intentas algo en contra de mi te mató. Tomo la mano de Inés e hizo que le tocará su miembro. Ahh, así me tienes. Estaba compleamente excitado. Ella estaba derrumbada, brotaron un par de lágrimas de sus ojos, se sentía sucia, utilizada.

I: ¡Espera!. No pudo evitar gritar al sentir sus manos bajando sobre su pantalón mientras apretaba sus nalgas, sentía un nudo en su estómago y las manos heladas.

L: Ya he esperado lo suficiente no crees como para esperarme ahorita, lo único que quiero es estar en ti. La manosea.

I: Esta bien pero deja la pistola en otra parte, me pone nerviosa. Ella ya no podía soportar tenerlo cerca y sentir que la tocaba, su olor... todo de él le daba asco, le repugnaba.

L: Está bien, quiero que te relajes y te dejes llevar. Pone la pistola sobre la mesa. Vamos a la cama.

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