Lluvia de flechas

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Todomatsu abrió los ojos y lo primero que hizo fue ir al baño, como se había convertido en su costumbre. Tomó aire antes de mirar hacia el espejo y... suspiró.

– Otra vez tú. ¿Es que no piensas devolverme mi vida? –le dijo a su reflejo con una mirada cansada.

Allí estaba de nuevo, esa chica aún desconocida para él, mirándole tras el cristal. Apartó la mirada y se cambió de ropa allí mismo, pues todavía seguía incomodándole cambiarse delante de sus hermanos con ese aspecto. Era el sexto día que repetía ese ritual matutino.

Salió vestida con su sudadera rosa y zapatos de siempre, pero ahora llevaba una falda vaquera en vez de sus usuales pantalones. Vio bajar a Jyushimatsu corriendo, pero, antes de que pudiera saludarle, éste ya había empezado a darle vueltas en el aire.

– ¡Buenos díastrike, Totty-chan~! –exclamó y sin más la dejó en el suelo y se fue corriendo a la sala.

Ella no pudo hacer más que reír y seguirle; sin embargo, cuando iba a entrar, el resto de sus hermanos bajó armando escándalo como siempre.

– Buenos días.

– Buenos días. ¡Hey, Jyushimatsu! ¡No es justo que te escapes de recoger el futón, hoy te tocaba a ti! –gritó Choromatsu adelantándose a los demás para ir a regañar al quinto hermano.

– ¿En serio cree que Jyushimatsu-niisan va a escucharle? –preguntó Totty sin sorprenderse en lo más mínimo.

– ¿En serio cree que alguien le escucha? –le respondió Ichimatsu con voz siempre gutural.

Ella le sonrió con complicidad logrando que él apartase la mirada mientras pasaba por su lado. De nuevo, sus ojos se volvieron tristes; no quería que lo que le ocurría afectase a la relación que tenía con sus hermanos.

– Venga, Todomi. Si no te das prisa, Jyushimatsu se comerá toda la comida –Osomatsu puso una mano en su espalda y la guió hacia dentro de la sala.

Una risita por parte del mencionado y de inmediato se sentó a la mesa sin importar que Choromatsu siguiera gritándole. El tercero finalmente se resignó y ocupó también su lugar al igual que ya había hecho Ichimatsu. Poco después, se les unieron Todomatsu y Osomatsu y empezaron a desayunar sin esperar al que faltaba.

– ¿Papá y mamá han salido tan temprano? –preguntó Choromatsu viendo la mesa vacía en la habitación contigua.

– Sí, ahora que recuerdo mencionaron que tenían que ir a algún sitio hoy.

Tras esas palabras de Totty todos la miraron con caras terroríficas y sonrisas retorcidas. Ella no pudo evitar echarse a temblar por el repentino cambio de actitud en sus hermanos.

– Ch-chicos, ¿q-qué pasa?

– No te hagas el inocente, sabes perfectamente qué pasa –le dijo Ichimatsu.

– Te has acercado mucho a Karamatsu-niisan desde que te transformaste, ¿no, Totty? –preguntó Jyushimatsu con la mirada ensombrecida, haciendo de esa forma que su sonrisa se viera aterradora– ¿Es tu favorito ahora?

– ¡¿Qué?! ¡¿Era por eso?! –Todomatsu no esperaba que se pusieran así porque tuviera un favorito; es decir, ya antes le dijeron que eso estropearía su relación, pero no creía que fuera para tanto; de todos modos... –Escuchad, no tengo ningún favorito; si acaso, todos sois mi hermano favorito.

El ambiente se calmó un poco; Jyushimatsu había vuelto a su semblante alegre de siempre, pero se notaba que con la más mínima chispa podía estallar de nuevo, y los demás la miraban con desconfianza, exigiéndole una explicación.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora