Sinceridad-Confrontación

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Esa tarde, había decidido acompañar a Karamatsu a comprar; con algo de suerte su nuevo aspecto le ayudaría en la tarea de hacer que su hermano "el doloroso" se comprara algo de ropa decente. El ambiente en las calles era calmado, no había demasiada gente e iba charlado tranquilamente con su hermano. Lo cierto era que le gustaba pasar tiempo con él, pero cuando se convertía en Itaimatsu... prefería estar lo más lejos posible de él.

Sisuta, ¿este lugar no te suena de algo? –le preguntó Karamatsu bajando sus gafas de sol para ver con más detenimiento a su alrededor.

Todomatsu siguió su mirada. La calle la conocía, había pasado muchas veces por allí desde su infancia, pero no conseguía reconocer ninguno de los edificios que veía; su ciudad había cambiado bastante desde que eran niños.

– ¿No era por aquí donde estaba el descampado? Seguramente ya construyeron algo –respondió sin tomarle mucha importancia.

– Sí, es una lástima ver como el tiempo impasible se lleva los lugares donde nosotros, como muchos otros, creamos algunos de nuestros más preciados recuerdos, pero se trata de un destino inevitable –Karamatsu volvía a usar su tono dramático mientras se colocaba las gafas.

– No exageres, niisan, tampoco es como si planeáramos ir de nuevo algún día. Además, no vamos a perder nuestros recuerdos sólo porque ya no esté.

No obstante, una imagen se apareció en su mente: delante de ellos, seis niños idénticos caminaban dándoles la espalda. Dos caminaban al mismo paso mientras reían divertidos con uno de sus brazos sobre los hombros del otro, dándose eventuales empujones en actitud de broma. Otros dos iban firmemente tomados de la mano, mirando a su alrededor con curiosidad, lo que hacía que tuvieran que acelerar el paso para recuperar su lugar cuando se quedaban distraídos con cualquier cosa. Los últimos simplemente andaban uno al lado del otro, compartiendo una amena charla con gestos explicativos incluidos. Todomatsu no sabía que pensar al respecto, salvo que eran unos revoltosos hasta cuando sólo paseaban.

Al girar una esquina, frunció el ceño; los niños no estaban, pero esa no fue la causa de su reacción. Sin dar explicaciones, se aferró al brazo de Karamatsu y, cuando este le miró confundido, le sonrió tímidamente en respuesta mientras ocultaba su rostro en su hombro. Su hermano le devolvió la sonrisa, suponiendo que no tenía que haber ninguna razón específica para que el menor quisiera mostrarle algo de cariño. Sin embargo, los esfuerzos de Totty por no llamar la atención no dieron resultado.

– Disculpa, tú eres uno de los hermanos de Todomatsu-kun, ¿no? –dijo la persona que intentaba evitar, el ser sextillizos le había jugado una mala pasada una vez más.

– Así es, soy Karamatsu. ¿Eres uno de sus amigos?

– ¿Acaso es la hora de las preguntas obvias? –se preguntó Todomatsu algo fastidiado por no haber conseguido pasar de largo.

– Sí, mi nombre es Atsushi –se presentó con una de sus sonrisas corteses–. Me preguntaba qué ha sido de Todomatsu-kun, hace mucho que no sé de él.

– Oh, él está... –empezó a decir Karamatsu nervioso, era consciente de que a Totty no le gustaría que descubriera su tapadera–. Bueno, se ha ido a un lugar donde no tiene manera de comunicarse.

– ¿Adónde ha ido? –Atsushi sonaba un tanto preocupado– Es raro que él quiera ir a un lugar así.

– Es que para que pudiera quedarme aquí tenía que irse uno con mis padres al pueblo donde vivo, pero allí no hay cobertura ni wifi –decidió contestar Totty antes de que su hermano lo estropeara más–; y, cómo sabrás, es el menor, así que seguro que se la liaron para que fuera.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora