El tercero

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Ya habían pasado dos meses completos desde que Todomatsu se convirtió en mujer. Era el inicio del tercer mes y dicho sextillizo no dejaba de mirar su móvil con cierta decepción: ninguno de sus amigos había intentado contactar con él para saber el motivo de su repentina "desaparición" incluso de las redes. No obstante, era mejor que no le preguntaran o correría el riesgo de que sus mentiras fueran descubiertas; pero, aun así...

– Totty –llamó alguien mientras le ponía la capucha.

– ¿Qué problema tienes, eh? –protestó mirando a su hermano mayor.

Él no respondió nada, sólo le dedicó su típica mirada inexpresiva, dejó el gato que llevaba en brazos en el suelo y se marchó. Todomatsu suspiró, no entendía para nada la actitud que Ichimatsu había tomado hacia él.

Se quitó la capucha y regresó la vista a su móvil. ¿Qué debía hacer para obtener la atención de sus amigos sin delatarse?

– ¡Totty-chan! –Jyushimatsu le abrazó con su habitual entusiasmo.

– ¡Ay! Ten cuidado, niisan. Me haces daño –se quejó agarrando sus brazos con la intención de reducir la fuerza del embrace.

Sin embargo, el de amarillo se separó repentinamente y le pidió disculpas muy agitado; eso sí, sin perder nunca su gran sonrisa. Ante la extrañeza del menor, no hizo ningún otro intento de aproximarse a él, sino que acarició al gato que había llevado allí Ichimatsu y éste fue el que se acercó Totty para frotarse contra su costado mientras emitía unos suaves maullidos.

– Totty, ¿qué es esto?

Cuando levantó la vista no había ni rastro de Jyushimatsu, pero en su lugar estaba Choromatsu con su móvil entre las manos. La chica sonrió: eso le había dado una idea.

– Ah, nada. Sólo es mi cuenta.

– ¡¿Tenías una cuenta en este sitio y no nos lo habías dicho?! ¡¿Por qué?!

Choromatsu había pasado de cero a cien en segundos, realmente le molestaba que su hermano les ocultara cosas como esa. Debía jugar bien sus cartas para conseguir su objetivo.

– No pensé que fuera importante, además con lo que ha pasado está un poco muerta –comentó mirándole como aquel que no ha roto un plato en su vida.

– ¡No me vengas con esas! Lo que pasa es que no querías agregarnos como amigos, ¿no? –respondió el mayor con las manos en las caderas y una vena marcándose en su frente.

– Pero si no tenéis cuenta... –dijo Todomatsu más para sí mismo que para el otro– De todos modos, no es por eso, Choromatsu-niisan.

Él le siguió mirando con sospecha. A Totty se le iluminaron los ojos al ver que había logrado que su hermano le diera la excusa perfecta.

– ¿No me crees? Mmm... ¿Qué puedo hacer para demostrártelo? –murmuró en actitud pensativa– Ya sé, ¿qué tal si nos hacemos un selfie y lo subo para que veas que digo la verdad?

– Me parece bien –contestó con una mirada desconfiada, pues suponía que haría algún truco para no tener que subirla.

La joven le mostró una bella sonrisa y colocó al gato en su regazo mientras el de verde se sentaba a su lado y le daba el móvil.

– No, hazla tú. No quiero que te quede ninguna duda. En verdad duele que penséis tan mal de mí –confesó Totty haciendo un pequeño puchero, lo cual dejó a Choromatsu un tanto desconcertado.

Sujetó el móvil en alto como le había visto hacer a Totty otras veces y ella le rodeó con un brazo mientras apoyaba la cabeza en su hombro. Justo en el momento en que hizo la foto, la chica le besó en la mejilla consiguiendo que su rostro adquiriera un color carmesí y adoptara una expresión memorable.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora