¡No me molestes, Choromatsu!

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Los señores Matsuno ya tenían todo listo para sus pequeñas vacaciones. No iba a ser mucho tiempo, una semana a lo mucho, pero siempre les preocupaba que sus hijos se metieran en algún lío mientras estaban lejos. Por supuesto no iban a decirlo, sus hijos ya eran lo bastante mayores para cuidarse solos.

La diferencia era que esta vez también tenían una hija. La atesoraban demasiado, eran conscientes de ello, pero no podían evitarlo. Esperaban que ella fuese distinta de sus hermanos. Al menos uno tenía que salirles bien, ¿no?

Era por eso que esta vez su viaje causó mucho más impacto en la casa.

– Sí, cuidaremos de Todomi –respondió Osomatsu por sexta vez.

– Sólo quiero asegurarme –le dijo su madre reprochándole un poco por el tono que utilizaba.

– Ya nos veremos, hijos –se despidió su padre haciéndole una caricia en la cabeza a más joven.

Tan pronto como ellos cerraron la puerta, todos se giraron hacia la de rosa, pero para su sorpresa, no todos estaban molestos. Karamatsu y Jyushimatsu la llevaron lejos de sus otros hermanos antes de que estos pudieran decirle algo.

– Qué molestos. Ni que yo les hubiese dicho a nuestros padres que me tratasen así –refunfuñó una vez que estuvo a salvo en el tejado.

– Es entendible que quieran proteger a una pretty little flower como tú –argumentó Karamatsu empezando a puntear su guitarra.

– Supongo –reflexionó ella–, pero no es para tanto. Aún soy Todomatsu.

– ¡Totty! –exclamó alegremente el segundo menor abrazándola.

– Sí, soy Totty –rió un poco la mencionada.

– Oye, ¿nos has oído alguna vez cantar 'Mutsugo ni umareta'? –preguntó el mayor de los tres.

– Sí, la letra es un poco lamentable –se quejó.

Non, non, non~, my little Todomatsu –le respondió el otro haciéndole fruncir el ceño por su dolorosidad–. Lo importante no es la letra, sino lo que transmite.

– ¡Además es divertido! –añadió Jyushimatsu poniéndose de pie.

Todomatsu sólo se les quedó mirando mientras cantaban, con una mirada de «¿por qué me han tenido que tocar hermanos como estos?». Sin embargo, aproximadamente a la mitad de la canción, Karamatsu no cantó cuando le correspondía y le dedico una sonrisa mientras volvía a empezar esa estrofa con la guitarra. La menor suspiró, conociendo a su hermano seguiría tocando y animándola a cantar hasta que lo hiciera, así que era mejor que lo hiciera cuanto antes. De todos modos, no le haría daño probar, ¿verdad?

Comenzó a cantar y sus hermanos no sólo la dejaron cantar esa estrofa, sino hasta el final donde se unieron a ella en la ultima frase «Nacimos siendo sextillizos».

– Ja, ja, ja. ¡Totty-chan canta muy bien!

– Tienes la voz de un verdadero angel, my sisuta.

– Me alegro, pero no esperéis que vuelva a hacer eso –les advirtió rodando los ojos tras oír sus felicitaciones.

– ¡Hey, chicos!

Al mirar hacia abajo pudieron notar a Totoko saludándoles desde la acera.

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Osomatsu estaba en la su habitación leyendo un manga tranquilamente. No era uno del género que frecuentaba, al menos no todo el tiempo, pues lo que llamó su atención fueron los personajes: gemelos, princesa y sirviente. De alguna manera, las personalidades de esos personajes le recordaban a las de Karamatsu y Todomi.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora