Todomatsu se despertó con el sol pegándole en la cara y el sonido de unos gritos seguidos por un gruñido a su lado izquierdo. Se tapó los ojos con su almohada tratando de bloquear la luz en lo que empezaba a captar parte de la discusión mañanera de sus hermanos.
– ¡Eh! Me toca a mí. Además, yo soy el mayor.
– ¡Eso del mayor sólo es un apodo! –protestó Choromatsu– Además no tiene nada que ver.
– ¿No se dan cuenta de que están comportarse como niños los dos? –murmuró para sí mismo molesto y medio adormecido.
Miró a su derecha, esperando alguna respuesta de Karamatsu, pero él seguía dormido. Suspiró, cansado del griterío, y lanzó su almohada hacia los que peleaban, dándole a Choromatsu.
– ¡Totty! ¡¿Por qué a mí?! –protestó elevando aún más la voz mientras Osomatsu reía.
– Hacéis mucho ruido –dijo la chica ocultándose bajo la sábana.
Al instante, se oyó otro ruido de algo chocando y la risa del mayor paró de golpe. Alzó la vista para ver cómo Karamatsu se incorporaba en el futón sólo para ser tumbado de nuevo por un almohadazo.
– ¡Guerra de almohadas! –gritó Jyushimatsu para después hacer el sonido de un avión y disponerse a tirar otra, pero en vez de eso recibió una en su cara– ¡Boeh...!
– Uff... Pues nada, si no puedes con tu enemigo... –pensó mientras se deslizaba para coger la almohada de Ichimatsu junto con la que le habían lanzado al segundo– no pelees.
– Niisan, cúbreme –le dijo al tiempo que le daba una de las almohadas y lanzaba la otra hacia Ichimatsu.
– ¿Eh? ¿De qué...?
No pudo terminar, pues Todomatsu había salido corriendo hacia la puerta, esquivando los suaves misiles, y poco después una almohada alcanzó al único que permanecía en el futón, siendo seguida de otra poco después aunada a un grito de «Te mataré, Kusomatsu».
Viéndose a salvo de la batalla campal que se estaba desarrollando en el cuarto que compartía con sus hermanos. Bajó las escaleras y fue al baño, a repetir el ritual de siempre desde que se convirtió. Esta vez no pudo evitar mirar con molestia el reflejo, ¿por qué no podía verse a él mismo en el espejo? Era una tontería, pero era frustrante. Cuando iba a salir escuchó los pasos de sus hermanos como de costumbre, pero había menos esta vez.
– Osomatsu-niisan, ¿y los demás?
– Muertos en combate. Siempre serán recordados como la bola de ninis que eran –teatralizó el mayor tapándose los ojos con un brazo como si estuviera ocultando sus lágrimas.
– Ah, vale –respondió Todomatsu mientras se dirigía a la sala sin perder más tiempo–. Vamos a desayunar y luego les enterramos.
A Osomatsu se le escapó una risilla antes de disponerse a seguir al menor, pero en ese momento los hermanos restantes bajaron empujándose y, sin previo aviso, se lanzaron sobre él y le empezaron a dar almohadazos.
– Todomi, ¡ayuda! ¡Los zombis me atacan! –chilló como si de verdad le estuvieran matando.
– ¿Eh? ¿Me hablas a mí? –contestó Totty señalando a su cara con expresión de inocencia.
– ¡Pues claro! ¡¿Hay otra Todomi aquí?! ¡Ahh...! –gritó tratando bloquear los ataques sin mucho éxito.
– No hay ninguna –seguía poniendo esos ojos de corderito, pero cuando retiró la mirada no pudo evitar sonreír satisfecho por su pequeña travesura.
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La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)
FanfictionEnfadar a los dioses trae graves consecuencias. Tras la desastrosa cita grupal, parece que Todomi formará parte de los hermanos Matsuno por un tiempo. ¿Cómo se lo tomarán los demás? ¿Y Todomatsu? ¿Volverá todo a la "normalidad"? Disclaimer: Osomatsu...