¡No huyas, Osomatsu!

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Osomatsu abrió la puerta de su cuarto y estaba a punto de hacer notar su presencia cuando la escena que vio le dejó sin habla.

Todomatsu e Ichimatsu estaban echando la siesta juntos y, por lo que se veía, se habían quedado dormidos mientras que compartían el momento de unión que les hacía falta desde hace tiempo. Ambos parecían estar tan relajados y cómodos que el mayor prefirió dejarlo así por una vez.

Entonces se fijó en el gatito blanco que descansaba sobre el estómago de la menor. Ichimatsu debía haberlo estado acariciando antes, o esa sería la excusa que pondría si se despertara en ese momento y se viera abrazando a la chica que dormía sobre él. El cuarto hermano no era demasiado honesto, algo que tenía en común con el sucio monstruo que llamaban Totty.

Una sonrisa traviesa curvó sus labios cuando se le ocurrió una idea. Tomó con cuidado el móvil de Totty que estaba en el suelo por razones desconocidas y les sacó una foto. Ese era el plan inicial, pero...

Ya que tenía el móvil sería estúpido dejarlo sólo en eso, ¿verdad?

Empezó a mirar las fotos que tenía en su galería y en cierto punto empezó a fruncir el ceño sin notarlo. ¿Desde cuándo tenía más fotos de sus hermanos que selfies suyos? Era agradable, pero le dejaba con la sensación de que algo estaba mal. ¿Estaba sintiéndose inseguro con lo de ser chica? No, al principio sí se hacía selfies a todas horas.

Al principio...

El ruido de la puerta abriéndose le puso alerta e inconscientemente intento esconder el móvil, pero al ver que era Choromatsu siguió cotilleando el móvil de la menor como si nada.

– Wow... Parece que ya han hecho las paces del todo –comentó el de verde con una de sus sonrisas triangulares, eso sí, teniendo cuidado de no alzar la voz.

– Ya ves. Si es que los dos son unos blandos en realidad –rió el mayor.

Fue entonces cuando el gatito decidió levantarse y caminar hasta el de verde para saludarle frotándose con su pierna. Después se acercó a Osomatsu y se tumbó en su regazo maullando suavemente mientras le daba golpecitos flojos con las patas pidiendo atención.

– Eres un pequeño consentido, ¿no es verdad? –preguntó el primogénito como si le estuviera hablando a un bebé para luego soltar una pequeña risilla mientras le acariciaba– Creo que ya sé por qué te llevas tan bien con Totty.

– Empiezo a pensar que deberíamos ponerle nombre. Ya es un frecuente aquí –opinó Choromatsu sentándose a su lado–. Aunque deberíamos dejar que se lo pusiera Ichimatsu.

– Él les pone nombre a todos, no creo que le moleste si Oniichan elige el nombre una vez –y ahora era él el que estaba actuando como un niño.

– Supongo, no es como si realmente fuera nuestro. Es sólo para saber a cuál nos referimos después de todo –explicó innecesariamente el tercer hijo.

– ¿Qué tal Todo? Realmente me recuerda a él.

– Ya tiene nombre, es Shiro.

Ichimatsu les había pillado con las manos en la masa. Lo sorprendente era que no se hubiese quitado a Totty de encima aún. ¡Eso es!

– Ichimacchan~. Creía que estabas tan a gusto con Todomi que no te despertarías ni aunque un avión se estrellase contra la casa. Olvidaba que tienes un don para todo lo relacionado con gatos –bromeó Osomatsu frotándose bajo la nariz.

– Buen intento –respondió él sin moverse.

Eso fue bastante para que Choromatsu se contuviera de gritarle al mayor. Tal parecía que Ichimatsu también lo había notado y no iba a caer en sus juegos de hermano envidioso.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora