Palabras

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Había anochecido y, tras contemplar «el fin del mundo», la chica de la que Jyushimatsu se enamoró se había ido; sin embargo, Todomi seguía en aquel acantilado a pesar de lo que le dijo a la otra. Parecía tranquila, tan sólo mirando al paisaje que se extendía ante sus ojos a una distancia segura del borde.

Unos pasos algo apresurados se aproximaron al Matsuno más joven, pero él estaba tan absorto en la maravillosa vista del cielo estrellado y el mar que no lo notó hasta que un par de brazos rodearon su cintura con fuerza.

– ¿Pe-pero qué...?

La otra persona no la dejó terminar, simplemente se acercó a su oído para susurrar:

– No sabía que shippeabas el JyushiMura.

Sus reacciones no se hicieron esperar, la chica empezó a removerse mientras él reía por la pequeña travesura. Aun si esa risa era más apagada que la usual, llevaba esperando hacer eso desde que leyó aquella conversación en el móvil de Todomatsu cuando jugaron a hacerse cosquillas, así que valía la pena intentarlo.

– ¡Idiota! ¿Qué crees que estás haciendo, niisan? –le gritó enfadada, haciendo un lindo puchero mientras intentaba alejarlo.

– No sé. Es algo de 'Titanic', ¿no? –bromeó sin ganas Osomatsu, apretándola más contra él.

Lo cierto es que se había puesto algo nervioso al ver que no parecía tener intenciones de irse de allí, por lo que decidió intervenir incluso si no sabía muy bien cómo actuar.

– ¡Ni siquiera es así la escena! –protestó ella.

– ¡Waa! ¡Alerta, chica enfadada! –chilló el mayor al tiempo que la soltaba para echar a correr. Se había rendido.

Todomatsu quiso decir algo, pero las palabras murieron en su garganta al notar el parecido con una escena de sus recuerdos. Una escena que era muy diferente de la actual en realidad.

{Sus hermanos acababan de hacer un complot contra Todomatsu, de modo que estaba persiguiéndoles para darles su merecido. En cierto momento, el menor perdió de vista a todos menos a Osomatsu, por lo que él se convirtió en su objetivo. Estaba a punto de alcanzarle cuando...

– Chicos, ¡ahora! –gritó el mayor y líder del grupo.

Los demás salieron de sus escondites y saltaron sobre Todomatsu para detenerle. Lo último que vio antes de que le tiraran al suelo fue su hermano mayor corriendo mientras reía como el niño travieso que era.}

Esta vez era Osomatsu el que estaba en el bando enemigo de todos sus hermanos.

Sin más, el de rojo siguió caminando, pensando en regresar a casa. No obstante, apenas sus zapatos tocaron la arena de la playa continua al acantilado, se encontró inmovilizado en el suelo con un peso sobre él que no le dejaba darse la vuelta para mirar a la persona que lo había derribado.

– Te odio, idiota... –suspiró Totty, pero su derrotada voz demostraba que quería decir todo lo contrario.

– Yo también a ti –respondió Osomatsu de inmediato, con cariño presente en cada una de sus palabras.

Ninguno quería seguir con esa situación, ambos lo comprendieron en ese instante.

– ¿Se ha curado? –preguntó el mayor de repente.

– Sí.

– Déjame ver –pidió recordando que no había visto el rostro del otro aún.

– No.

– ¿Por qué no?

– Todavía es pronto.

Hablaban del regalo de despedida que le dejó a Todomatsu: un moratón en la cara, alrededor de su ojo izquierdo.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora