¡No lo hagas, Karamatsu!

48 7 16
                                    

– Sólo un poco más –murmuró la chica a su reflejo.

Estaba usando más maquillaje del que acostumbraba, pero aun así faltaba algo para que estuviese conforme con su apariencia. El evento de aquella tarde era muy importante, no sólo para su vida social, sino también para su vida personal debido a la confesión que había decidido hacer allí.

Suspirando en frustración estiró su mano hacia el espejo, deteniéndose antes de tocar el cristal. Brillo de labios no sería suficiente esta vez. ¿Tal vez su madre tendría algo? Ah, pero no quería pasearse por la casa a medio maquillar.

– ¡Niisan! –llamó, pensando en lo conveniente que era ser la menor en esos casos; podía llamarlos a todos de una vez y no parecía que estuviera eligiendo favoritos.

Sisuta, ¿qué necesitas? –respondió Karamatsu casi de inmediato. ¿Estaba esperando detrás de la puerta o qué?

– ¿Puedes ir a ver si mamá tiene pintalabios? –preguntó con un leve sonrojo que podía fácilmente confundirse con el colorete que llevaba.

– Heh~ Como no, cualquier cosa por my little girl.

Ni siquiera la había cuestionado. Tener un hermano con la cabeza llena de aire era útil algunas veces. Pero una parte de él esperaba verle al menos un poco desconcertado por lo que habría sido una petición inusual hace unos meses.

– Aquí está –anunció Karamatsu dándole una pequeña cajita con una sonrisa, pero ésta pronto se desvaneció.

– Vale, gracias, niisan.

Ella la tomó y la abrió para observar los colores de los que disponía, sin prestarle atención alguna a la expresión de su hermano. El segundo estaba frunciendo el ceño, como dudando si preguntar lo que tenía en mente.

– ¿Vas a quedarte ahí? –le preguntó la chica, aunque sonaba más curiosa que molesta.

– No, pero... No tienes muy buena cara –comentó el mayor olvidado su típica forma de hablar.

– Lo sé, aún no he terminado de-

– Sabes que no hablo de eso, Todomatsu –la interrumpió con un tono serio que pocas veces usaba.

Todomi le miró sorprendida y algo impactada, ¿es que era un cabeza hueca sólo a ratos? ¿Debería decírselo? Karamatsu no pensaría que era algo tonto ni se burlaría, no se atrevería a hacerlo si veía que era un tema delicado para la otra persona y, por muy distraído que fuese respecto a otras cosas, era lo bastante sensible para notarlo. Todomatsu estaba seguro de ello, eran compañeros después de todo.

– Bueno, es que... cuando era chico no me tenía que arreglar tanto –comenzó mientras se aplicaba un pintalabios rosa claro–. Sé que no tendría por qué, así que no empieces con uno de tus discursos de que una mujer bella no necesita maquillaje y blablabla. Lo que quiero decir es que parece que os habéis adaptado a ésto antes que yo y de alguna forma es... Ni siquiera sé lo que es, sólo sé que no me gusta.

– Entonces escucha a tu corazón, compañero.

Esa frase tan cliché hizo que tuviera ganas de rodar los ojos, pero al oírle llamarle de la misma forma que él había hecho antes en sus pensamientos no pudo evitar estremecerse un poco. Karamatsu tenía toda su atención ahora; cosa que no iba a desperdiciar.

– Te puede parecer que todo lo que dice es impulsivo, pero créeme que la naturaleza le dio el don de no equivocarse, aun si no hay una decisión correcta.

El mayor hablaba como si lo supiera por experiencia y Totty no pudo evitar preguntarse por qué. No pudo decir nada, solamente asintió y empezó a recoger sus cosas. Sin embargo, su voz regresó cuando le vio a punto de marcharse.

La historia de Todomi (Osomatsu-san fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora