CALL, CALL, CALL! ─STRAY KIDS !

➸maybe it's love...

Jeongin caminaba por los pasillos con la mirada gacha, esperando no encontrarse a Hyunjin por ningún lado. No habían hablado en casi dos semanas y era difícil para él, puesto que eran mejores amigos, pero habían cosas que su cabeza necesitaba procesar en soledad.

Estaba muy confundido. A él nunca le había gustado nadie, y el hecho de que ahora sus sentimientos románticos afloren por su mejor amigo no era de gran ayuda; era solo un adolescente. ¿Cómo iba a saber lo qué de verdad quería?

Por ejemplo: Los sentimientos que guardaba hacia Jisung estaban aún allí, con menos intensidad que antes, pero se mantenían presentes.

¿Chicos... le gustaban los chicos?

Dejó salir un suspiro de sus rosados labios mientras paraba frente a su taquilla para abrirla y guardar algunas libretas. Al cerrarla no se esperó encontrarse con esa brillante sonrisa.

—Aquí estás, Innie boo, te estaba buscando por todas partes—Dijo el mayor mientras acomodaba su mochila en su hombro—, para que vayamos a comer juntos.

Yang se permitió ver de pies a cabeza a su mayor; vestía la camisa por fuera, sus pantalones más ajustados que los de la mayoría, el cabello despeinado. Lucía como un auténtico chico malo, y muchas chicas estaban detrás de él.

Gustosas ellas lo acompañarían a almorzar.

¿Por qué lo elegía a él? Simplón, tímido y sin gracia. No había nada bueno que ver en sí mismo.

—¿Por qué has estado ignorando mis llamadas? Me preocupé mucho, eso no se hace—Regañó en modo de juego mientras tomaba la mano del menor. Entrelazando sus dedos.

Se sentía cálido. ¿Acaso así era estar enamorado?

—Ya te dije que lo siento, hyung, estaba ocupado—Sonrió apenas para no preocupar al otro—. Tuve mucho que estudiar.

Hyunjin asintió y luego soltó su mano, lo que le dejó en un principio desconcertado. Sin embargo, el mayor pasó su brazo por su cintura atrayéndolo a su cuerpo.

Jura que en ese momento su cara se incendió de color rojo cual tomate.

—¿Hyunjinnie?—Preguntó con voz temblorosa.

El nombrado no contestó y posó sus gruesos labios en la caliente mejilla ajena.

—Nunca vuelvas a ignorarme así, me volveré loco si es que lo haces.

Y puede que esa cálida sensación que Hyunjin y Jeongin sentían entre ellos era amor.