➸about nothing.

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Seungmin entró al lugar, saludando de paso a Changbin. Se notaba el ambiente fúnebre en el departamento, habían pasado algunas semanas desde la muerte de la madre de Felix; pero el australiano se encontraba verdaderamente mal. No era para menos, su madre, la mujer que le había dado la vida estaba muerta. Dolía demasiado. Sus amigos iban todos los días para animarlo aunque sea un poco pero Lee Felix ya no era el mismo de antes.

—Saldré un momento. Iré con Jisung y Chan. —Dijo el de baja estatura tomando su chaqueta. También estaba afectado por la situación. —Habla con él.

Una vez Changbin estuvo fuera del lugar, el pelirrojo caminó hasta la habitación. Al abrir la puerta encontró a su australiano amigo, sentado sobre la cama, aún llevaba puesto el pijama y con el cabello desordenado. Su piel estaba increíblemente pálida.

—Lix. —Susurró Kim acercándose a pasos lentos para sentarse en el borde de la cama.

El -ahora- pelinegro levantó su vista. Se sorprendió, notando la bandita que estaba en el puente de la nariz ajena, también su labio roto y el moretón en su pómulo izquierdo.

—¿Qué te sucedió, Seungmin?—Fueron las primeras palabras que dejó salir de su boca. Teñidas de preocupación.

—Nada importante. —Negó con la cabeza dándole una pequeña sonrisa. —Lo importante aquí eres tú.

Felix no quería escuchar esa frase de ¿cómo te sientes? Porque ni él mismo sabría definir su estado, es decir, le dolía la muerte de su madre. Pero a la vez se sentía vacío, sentía como si su cerebro se estuviera desconectando y de pronto ya no fuera él. Justo así. Como una hoja de otoño que cae al suelo y es llevada por el frío viento.

—Estoy bien, Seungmin, en serio. —Comentó a pesar de que su amigo nunca lo preguntó. Sus ojos se dirigieron hacia la ventana. —No tienes que preocuparte por mí, ni tú, ni los chicos.

—Somos tus amigos. Nosotros hacemos eso. —Musitó tomando la pequeña mano de su amigo y dejando un beso en el dorso de esta. —Te apreciamos mucho y siempre procuramos tu bienestar, al igual que Changbin, lo sabes ¿no?

—Lo sé. Pero no quiero que se preocupen por mí. No es como si me fuera a suicidar, pero, si están a punto de atropellarme tampoco haría nada por quitarme; es como si ya no pudiera sentir. —Confesó—Es horrible. Pensar que todo lo que antes me interesaba ha perdido sentido.

Kim no dijo nada. Él entendía la situación, por tanto solo se acercó al australiano rodeándolo con sus brazos y dejando que se aferrara a estos.

—Perdón, Felix. —Susurró.

—¿Por qué?

Por todo.

Lee no entendió a que se refería, sin embargo dejó que lo abrazase.

CALL, CALL, CALL! ─STRAY KIDS !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora