➸about afraid.

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Escribía distintas cosas en su libreta, sus pensamientos fluyendo con libertad. Se encontraba relajado, tendría una reunión con sus amigos en dos días, donde practicarían de nuevo y serían el grupo lleno de felicidad que siempre habían sido; esa idea lograba remover de felicidad su corazón.
Significaba que su sueño se estaba cumpliendo, después de tantas dificultades al fin lo lograrían.

—¿Ya terminaste?—Escuchó la voz de su novio, provocando que voltease a verle. Sonriendo, sus ojos achicándose y los hoyuelos en sus mejillas mostrándose atractivamente. —Dijiste que hoy dormirías temprano.

Rió levemente haciéndole una seña al contrario para que se acercara, cuando lo hizo lo envolvió en un cálido abrazo. Uno que lograba reparar cada pedazo que parecía romperse dentro de él. La calidez de Woojin siempre lograba hacerlo sentir mejor, era como un bálsamo para él.

—No pude evitarlo. Tenía muchas ganas de escribir. —Sonrió sintiendo como su pareja dejaba un beso cariñoso en sus cabellos. —Supuse que estabas dormido.

—Debo vigilar que tú duermas, bobo. —Rió. —¿Estás emocionado?

—Por supuesto, muy emocionado.

Ambos se sonrieron. Bangchan veía a Woojin como la estrella más brillante de todas, puesto que él le había enseñado a no tener miedo. Era su musa, su inspiración. Gracias a él pudo persistir y lograr sus sueños.

Estaba realmente agradecido por haber conocido a una persona como Kim Woojin, tan brillante con su sola esencia. Tan etérea como un hada.

—Saber que los chicos están haciendo lo posible para superarse me hace sentir feliz y emocionado a la vez. —Murmuró.

El silencio predominó durante unos minutos nuevamente, pero no era incómodo. Al contrario ese silencio susurraba todos los pensamientos que nuestros dos protagonistas tenían, cada sentimiento plasmado en sus orbes que brillaban al verse entre sí. Woojin admiraba cada facción de Bangchan, allí relajado escribiendo mientras la fresca brisa de la noche movía sus cabellos. Era una escena que quería retratar por siempre y guardar en una caja de cristal, porque era arte, ver como se entusiasmaba por algo que le gusta.

—¿Sabes algo, Woojin?—La voz de su novio le sacó de sus pensamientos. —Ya no tengo miedo.

Esa sonrisa que le dio fue capaz de hacer estremecer cada parte de su cuerpo. Porque el amor que se tenían Kim Woojin y Christopher Bang era arte, y como tal, no solo lo expresaban por medio de palabras y canciones sino que lo sentían.

Era un dulce amor lleno de tinta de estrella y noches de insomnio.

CALL, CALL, CALL! ─STRAY KIDS !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora