〖Cap.13〗

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«Solo soy humano
Y sangro cuando me caigo»
Human - Christina Perri

Botas negras y alta que cubren mis pies, abrigadores guantes que protegen mis manos el frío exterior, una bufanda morada que cubre mi cuello de la brisa invernal y claro, un largo abrigo del mismo color de mis botas y unos pantalones grises. Estas eran las prendas que decidí llevar hoy, ya que me tocaba ir a ayudarle a Madeline con su acogedora cafetería.

     El invierno ya había entrado por completo a la ciudad; por ende, muchos armarios fueron renovados. Todos en la ciudad ahora vestían cosas sumamente abrigadoras, ya que el frío era inmenso. La llegada de la nieve provoca que las personas busquen formas de tomar calor, incluso de bebidas calientes. Es por esto que Madeline pidió mi urgente ayuda, la cafetería estaba repleta de personas y era mucho trabajo para ella. Por supuesto, de inmediato me alisté y me encaminé a su mágico sitio de cafés.


—Chloe, cariño. ¡Gracias por venir! —exclama recibiéndome con un gran abrazo—. ¿Puedes empezar con las órdenes del lugar? Yo estaré preparándolas —indica ella y yo solo asiento—. Te veo más delgada —susurra mientras caminamos al mostrador—. Se te ve bien. —Escuchar esas palabras crearon en mí una emoción interna imposible de resistir, ya que acabé con una gran sonrisa en mi rostro. Me sentí tan orgullosa de mi esfuerzo.

     Tomé una pequeña libreta del mostrador y me dirigí a la primera mesa, en donde me encuentro con una familia, le brindo con amabilidad los menús del lugar y posterior, les doy algunos minutos para que hagan su debida elección.

     —Queremos dos cafés y un chocolate caliente —indica la madre—. Además, un trozo de pastel de fresa, tres galletas de almendras y un panecillo de frambuesa. —Con cuidado, anoto todo su pedido y llevo los apuntes a Madeline, quien se encuentra en la cocina preparando cada uno de los bocadillos solicitados.

     —Chloe, arma ese pedido, ya tenía preparados esos postres —exclama ella apresurada.

     Tomo una bandeja y coloco un papel con sutiles diseños en el fondo de esta, y sobre ella coloco los dos cafés y la taza con chocolate, en un pequeño plato ubico las tres galletas y el panecillo; por último, pongo sobre la superficie el trozo de pastel de fresa; este consiste en un peculiar recipiente completamente transparente, así que el postre se ve sumamente bonito, ya que se pueden apreciar cada una de sus capas de pan y de crema batida.

     Llevo el pedido a la familia y ellos me lo agradecen enormemente. Tomo algunos pedidos más y entrego otros. Incluso, tuve que empacar varios para llevar. En resumen, la tarde fue realmente atareada. Las personas no paraban de llegar o de pedir comida para llevar a sus hogares.

     El lugar se fue tranquilizando hasta varias horas después, cuando la noche cayó y el frío obligaba a todos a volver a sus casas.

     Madeline y yo comenzamos a ordenar todo el lugar, esperando que no llegaran más personas, ya que queríamos tomarnos algunos minutos de descanso. Sin embargo, escuchamos la campañilla de la entrada sonar al fondo de la cafetería, ambas volvemos a ver a la puerta de cristal.

     —¿Aún está abierto? —pregunta Holden observándonos.

     —Para ti siempre —responde Madeline—. Chloe, tómale la orden —indica y ella se encamina con rapidez a la cocina.

     —En realidad, no quiero hacerla cocinar nada —añade Holden y se acerca al mostrador, en donde comienza a observar algunos postres que aún permanecen en su interior—. Quiero una de estas —dice y señala un pequeño recipiente transparente que resguarda una deliciosa tarta de chocolate.

Mi Cuerpo, Mi Maldición | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora