〖Cap.8〗

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«Podría tomar para aliviar mi mente lentamente
Solo toma un trago y te sentirás mejor»
In my blood – Shawn Mendes

     Busco mi nombre en aquella extensa lista y lo hallo en primer lugar, lo cual me hace sentir bastante bien, ya que este gran papel muestra los resultados que obtuvimos en los exámenes pasados y por suerte, mi esfuerzo se vio reflejado, ya que soy el primer promedio, lo cual me tranquiliza, mi padre notendrá que darme uno de sus típicos sermones sobre las consecuencias que puedetener el ganarme una mala nota en la preparatoria.

     —Al menos hiciste los resúmenes bien, cerebrito —susurra Olivia detrás de mí y al mismo tiempo, señala su nombre en la hoja de promedios, en donde se encuentra entre los mejores—. Más te vale ir —añade en voz baja y me brinda una invitación para ¿una fiesta? Me volteo con rapidez, pero la chica de cabello oscuro ya se había ido.

     Me alejo de aquel montón de personas que aún buscan sus nombres en la lista y me dirijo al salón de clases de Matemáticas, ya que es la siguiente en mi horario lectivo.


     —¿Te invitaron? —pregunta Holden, mostrándome la misma invitación que Olivia me dio hace algunos minutos.

     —No pienso ir —respondo, tomando asiento junto a él.

     —Podría ser entretenido —insiste mirándome con diversión.

     —«Fiesta» no es una palabra presente en mi vocabulario —contesto riendo.

     La clase da inicio y yo comienzo a tomar apuntes de toda la materia.


     Por el resto del día, no sucedió nada interesante. Simplemente, caminábamos de un salón a otro cuando el horario así lo indicara. Cuando llegó el almuerzo, me quedé junto al árbol mientras que Holden comió en la cafetería del colegio.

     Una vez finalizado el día, me dirigí hacia el lindo sitio de panes y postres de la señora Madeline, quien me recibió con una gran sonrisa y varias tareas por hacer. Así que me puse manos a la obra. Quise comenzar a tomar los pedidos de personas que habían dentro de la cafetería y posterior a esto, les llevé lo que solicitaron.

     —Dos pastelillos de limón, un café capuchino y una bebida de avena —indico mientras sitúo todo en la mesa de una feliz pareja. Ambos me agradecieron y cuando me alejé, decidí continuar con otra de las tareas. La cual era preparar una cajita de waffles, la verdad amo hacer estos pedidos.

     Tomo la masa para hacer los deliciosos panecillos cuadrados e inicio su proceso de creación. Cuando los acabo, tomo la caja rectangular blanca y sobre un lindo papel ubico los waffles, luego coloco dentro de un tazón de plástico un poco de chocolate derretido y en otro, sitúo algunas frutas picadas, ya que en eso consistía el pedido. Por último, cerré la caja con una linda pegatina de la cafetería y lo llevé al mostrador, ya que en pocos minutos llegarían por él.


     Poco a poco el lugar fue quedando desolado, tan solo estábamos Madeline y yo en sus instalaciones. Tampoco habían pedidos por hacer, ni mesas que limpiar. Por unos minutos pensé en irme, ya que no había nada que hacer, pero una invitación por parte de la tierna señora hizo desaparecer toda idea de irme del lugar.

     —¿Quieres ayudarme con una nueva receta? —pregunta ella y una mirada llena de ilusión fue mi respuesta. Ambas nos encaminamos hacia la parte de atrás del negocio, en donde se halla una gran cocina. Bajo las indicaciones de Madeline, comenzamos a preparar la receta, esta se hacía llamar «Tarta Arcoíris». La cual consistía en un pastel vertical, compuesto de varios panqueques de colores pasteles y crema batida entre ellos.

Mi Cuerpo, Mi Maldición | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora